Famosa por sus bienes culturales Patrimonio de la Humanidad que la convierten en la región del mundo con mayor número de este tipo de reconocimiento, por sus más de 100 conjuntos históricos, por haber sido el Reino de uno de los reyes más influyentes de España, el rey Alfonso X el Sabio, que destacó sobre todo en el mundo de la literatura con obras como las Cantigas de Santa María o la primera guía que teorizaba sobre diferentes juegos de mesa, por sus espacios reserva de la biosfera, o por su incalculable valor artístico y arquitectónico, Castilla y León está considerada como una de las comunidades más importantes a nivel histórico de España y del mundo. A estos reconocimientos hay que sumarle su increíble oferta gastronómica que, al igual que muchos de sus monumentos, también alcanza con el máximo reconocimiento a nivel culinario, y es que la comunidad cuenta con diversos restaurantes en posesión de una Estrella Michelin.
La Comunidad cuenta actualmente con nada menos que 9 Estrellas Michelin, consiguiendo de este modo el octavo puesto en el ranking nacional liderado por Cataluña, que posee 54 de estos preciados reconocimientos culinarios. La gastronomía castellana está haciéndose un hueco en el selecto club de la alta cocina aunque, todavía no hay ningún restaurante que haya conseguido más de una estrella.
En los dos últimos años han sido cuatro los restaurantes que se han sumado a la aparición y reconocimiento de la famosa Guía, siendo El Ermitaño y Villena los afortunados en 2016, y Baluarte y COBO Vintage los de 2017. Este último se ha hecho especialmente famoso por ser la primera Estrella Michelin de Burgos y por estar dirigido por Miguel Cobo, uno de los finalistas de la primera entrega de Top Chef.
El restaurante, que abrió sus puertas por primera vez en 2015 de la mano del cocinero cántabro, es ideal para todos aquellos cuyos gustos naden entre dos aguas bien distintas: por un lado los sabores tradiciones y, por el otro, la técnica avanzada de vanguardia. Los comensales pueden disfrutar de un menú al uso (aperitivo, dos platos y postre), de una elección en la carta o de un menú degustación que mezcla los productos frescos llegados cada día del mar Cantábrico con los cultivados en las huertas y montañas burgalesas.
Baluarte, por su parte, es un restaurante soriano que ofrece a sus clientes un menú basado en la tradición con productos de la tierra como las diferentes carnes de la región, los quesos, los vinos, los boletus edulis o las trufas negras de Soria, producto al que por su importancia se le dedican jornadas especiales. Además, Baluarte también cuenta con un huerto propio del que proceden todas las hortalizas y verduras empleadas en sus platos. Sin embargo, la filosofía de Óscar García es que la tradición no está reñida ni con las nuevas técnicas ni con la búsqueda de nuevos sabores, de ahí que los platos que ofrece en su restaurante sean una experimentación con los productos de otras gastronomías como la asiática.
Estas dos nuevas incorporaciones se unen a los 7 restaurantes que ya figuraban en la Guía Michelin en 2016. Uno de ellos, La Lobita, se encuentra también en tierras sorianas y sorprende por haber evolucionado desde una casa de comidas tradicional a un restaurante de primer nivel. En esta evolución han participado tres generaciones que han llevado la gastronomía local a un nuevo peldaño al combinarla con los procedimientos más vanguardistas y experimentales. Especialmente recomendable para todos los amantes del mundo y la gastronomía micológica.
Menos innovador es La Botica, en Valladolid. En un entorno completamente rural (el restaurante es una casa de labranza), La Botica ofrece a sus comensales única y exclusivamente productos cultivados o elaborados por los propios propietarios o por productores de la zona. Teodoro y Miguel Ángel de la Cruz son los encargados de transformar los productos humildes, tal y como ellos los definen, en verdaderas joyas de arte, siempre respetando sus raíces culturales.
De filosofía similar también es El Ermitaño, en Benavente. El restaurante respira historia y tradición por todos sus costados al estar ubicado en una construcción centenaria y pertenecer a una misma estirpe de cocineros. De sus fogones salen platos tradicionales, especialmente ligados a sus raíces con un ligero pero interesante toque de vanguardia en sus presentaciones e interpretaciones.
Cierran esta oferta culinaria de altísimo nivel Cocinandos (León), en dónde los clientes tan solo tienen la opción de disfrutar de un único menú degustación basado en el producto de temporada; Villena (Segovia) un viejo conocido de los críticos de la Guía que ofrece a sus comensales creaciones típicamente segovianas pero con un toque de innovación y creatividad; Refectorio (Valladolid), dirigido por Marc Segarra y perteneciente al Hotel Abadía Retuerta LeDomaine, nos da una reinterpretación de los productos y las elaboraciones de la zona; y el ya veterano Víctor Gutiérrez (Salamanca), muy popular tras su paso por Top Chef, es el más internacional de todos ellos al mezclar los sabores típicos de nuestro país con los procedentes de culturas tan lejanas a la nuestra como la asiática o la peruana.
También te puede interesar…
- Comer en Lumbrales en el restaurante el Rincón Charro
- Restaurante la Parrilla de San Lorenzo, gastroexperiencia en Valladolid
- 10 restaurantes para ir una vez en la vida
- Comiendo en el restaurante El Lienzo de Ávila
- 5 restaurante, una nueva propuesta gastronómica en Ávila