Habíamos oído hablar de este museo hace un tiempo, cuando escribimos sobre la reserva de bisontes europeos en San Cebrián de Cantamuda, en las montañas del norte de Palencia. Pero recientemente en un viaje por León, descubrimos esta reserva, que es mucho más, porque es además un museo de ciencias naturales; el llamado Museo de la Fauna Salvaje; en Valdehuesa, en León.
Índice de contenidos
Para que sea más sencillo usar esta publicación, hemos preparado el siguiente índice con los principales puntos de este post.
El Museo de la Fauna Salvaje:
- Origen del museo.
- Vídeo de nuestra visita.
- Visita al museo.
- Las instalaciones del museo.
- La colección de animales del mundo.
- Otras instalaciones del museo.
- La colección de insectos.
- Salida al safari de animales en semilibertad.
- Información práctica para organizar una visita.
- Valdehuesa y su entorno.
Información general sobre Valdehuesa:
Esperamos que os sea de utilidad e interés, y así, os animéis a descubrir este museo tan especial dedicado a la fauna salvaje de todo el mundo.
Preparando el viaje
Como ya os hemos dicho, hace tiempo que habíamos oído hablar de esta reserva de bisontes europeos; de hecho, creemos que hay otra también en León; pero gracias al viaje que organizó el Patronato de Turismo de la Diputación provincial de León, pudimos estar varios días descubriendo los Picos de Europa leoneses.
Este viaje, bajo el hastag: #ConoceLeón, nos llevó a visitar lugares tan magníficos como las Cuevas de Valporquero, el Museo de la Siderurgia, o Riaño, entre otros lugares visitados, a cuál más interesante y que os estamos contando en varias publicaciones.
Aprovechamos para aconsejaros conocer la agencia turística local Borenia; con la guía turística Irene, que es un encanto y que os puede dar buenos consejos enogastronómicos en León.
Museo de la Fauna Salvaje
A este museo hemos ido dos veces en menos de un mes; porque primero lo conocimos en este viaje de #ConoceLeon; pero luego regresamos con toda la familia, para que hasta los más pequeños pudieran disfrutar de un museo único y muy interesante.
Origen del museo
Atención, porque esto es importante. Este museo posee una colección permanente de inmensa de animales disecados. El origen de estos animales no se trata de caza furtiva, ni actividad cinegética ilegal.
La mayor parte de los especímenes tienen su origen en casos de muerte natural y cedidos para completar esta colección desde diferentes instituciones.
Es, por tanto, un museo de ciencias naturales; en las que ver animales que de otra forma sería imposible para la mayor parte de la población. Porque hasta son especímenes que son hasta difíciles de encontrar en zoológicos y otros museos de ciencias.
El doctor Eduardo Romero Nieto
Este museo pertenece a una fundación privada; la Fundación Dr. Romero Nieto. Una fundación creada por el Doctor Eduardo Romero Nieto, licenciado en medicina y cirugía y cuya otra pasión es el conocimiento y divulgación de la vida salvaje.
Fruto de su afán, en 2003 se puso la primera piedra de este museo, y en el 2004, se inauguró este proyecto que posee tres partes bien diferenciadas; el museo de animales salvajes, la colección de insectos y la reserva de animales originales de los Picos de Europa leoneses.
La visita al Museo de la Fauna Salvaje de Valdehuesa
Vídeo de nuestra primera visita
Como os hemos comentado ya, estuvimos en dos ocasiones en un corto espacio de tiempo, hemos podido montar un video de nuestra experiencia en este museo.
Este vídeo es solo una muestra de todo lo que tiene para ver y disfrutar este museo, que hasta donde sabemos es único. Por eso os pedimos que, si os gusta, nos dejéis un me gusta en YouTube, y si os gustan los contenidos que creamos, os subscribáis al canal que compartimos con Destino y Sabor.
Instalaciones generales del museo
Tras dejar el coche en un parking propio, hay subir unos metros por una ladera hasta la construcción principal. Ya en el exterior, varias esculturas de bronce dan la bienvenida al visitante, aunque hay dos que claramente llaman la atención.
Se tratan de una escultura de un bisonte macho europeo y un gorila. Son de color negro, debido a que están fabricadas de restos de neumáticos, de forma que es un material reciclado que aguanta muy bien la intemperie y permite unos detalles muy buenos.
Entrada al museo en sí
Ya desde el mismo momento de pasar la puerta de este museo, os llamará la atención la cantidad de animales disecados que hay. Pero no solo son esculturas sueltas. Para contextualizar a estos animales están dentro de un escenario que, a modo de diorama, representa el entorno natural en el que se dan las diferentes especies.
En nuestra opinión, la mejor de todas las representaciones que hay está en la puerta. Un diorama que representa las montañas de Gredos, en Ávila. Allí sobre todo es impresionante la escena de caza del lobo ibérico en el Puerto del Pico a un rebaño de cabras montesas ibéricas.
Estas cabras son un conjunto de 12 ejemplares que gracias a un ingenioso mecanismo de pesos y contra pesos, logran mantener un gran equilibrio del conjunto dando la sensación de flotar en el aire.
La colección de animales
Aunque es algo que evoluciona, en uno de los recuentos, se han contado más de 400 grandes mamíferos, 200 menores, 100 primates, unas 50 especies de reptiles y más de 2000 aves.
Estos animales se reparten entre las 25 salas que representan dioramas de los 5 continentes, en una superficie aproximada de unos 5000 m², con unas pinturas al fresco que dan profundidad y realismo al conjunto.
No os vamos a desarrollar todas las salas existentes; tan solo nos pararemos en un par de ellas, por su singularidad.
Sala del viejo mundo
Nos vamos a quedar en esta primera sala, la denominada Sala de El Viejo Mundo. Y es que esta sala está dedicada a animales de montaña, como las cabras montesas, el rebeco o el arruí; Pero en ella, encontramos un guiño a la península ibérica con una manada de lobos ibéricos tratando de cazar a un jabalí ibérico.
Sala de la berrea
También centrándonos en España, como tierra mediterránea, esta sala está ambientada en la época de la berrea del ciervo. Llaman la atención los grandes cérvidos, entre los que destacan los ciervos rojos, con machos enfrentándose. Aunque también hay especies más pequeñas de la fauna mediterránea.
Sala de la jungla asiática
Destacamos esta sala, por ser una de las más bellas; y, sobre todo, porque pocos somos los que vamos a poder viajar hasta esa zona del mundo para verla en persona. Es el imperio del tigre. Posiblemente sea una de las salas más realistas del museo.
Sala de sabana africana
Siendo la última y la más grande, merece pararse un poco en ella. Es una maravilla en todos los sentidos, con pequeños dioramas previos. No es lo mismo saber que una jirafa es muy alta, que tener una al lado; ni que el elefante africano es enorme, que tenerlo de frente.
Muy simpática la composición de un suricata y un jabalí verrugoso, un guiño importante a Timón y Pumba, los inseparables compañeros de Simba, el cachorro del Rey León.
Es una maravilla la visita por libre, pero si además es guiada, con un personal que conoce esta fauna, es ya todo un lujo, pues se observan detalles que pasan desapercibidos a simple vista. En algunos casos por la cantidad de especies representadas.
Sala de anatomía científica
Pero no todas las salas son iguales. Este museo también colecciona esqueletos completos de muchos animales. Sirven perfectamente para hacerse una idea anatómica de porque cada animal tiene una postura y se mueve de una forma dada.
Otras instalaciones y servicios
La sala de conferencias
El centro cuenta con una sala de conferencias, que puede ser alquilada para charlas, pero como es necesario hacer sitio para nuevas piezas, recientemente procedentes de Faunia, se recibieron varios pingüinos y peces, por lo que se han hecho un hueco en esta sala.
Cafetería y restaurante
Igualmente, dispone de una cafetería y un restaurante perfectamente equipado, pero el restaurante no funciona salvo por encargo previo, pese a contar con una cocina completa. La crisis y el Covid hicieron que no fuera interesante tenerlo abierto.
Pero en sus mesas, tanto al aire libre en una terraza que, cuenta con unas vistas maravillosas, como en el interior, se puede tomar una bebida sin problema en la zona de cafetería.
La colección de insectos
Si impresionante es la cantidad de grandes vertebrados que hay en la planta principal, en otra planta, existe un museo de insectos, con más de 6.000 especies y subespecies representadas.
Esta parte del museo es más convencional con lo que se suele asociar a un museo de ciencias naturales, aunque han recreado algunos hábitats, en pequeños dioramas, para contextualizar estas especies.
Nuestra experiencia personal
Son impresionantes las variedades de mariposas, polillas, escarabajos y cientos de otras especies, traídas desde casi todos los rincones del planeta. Sin duda, una maravilla, aunque no apta para todo el mundo.
Si no te gustan estos “bichos”, esta parte te sugerimos no visitarla, aunque está incluida en el precio.
La reserva zoológica de animales autóctonos
El museo tiene aproximadamente 25 hectáreas de terreno salvaje en la cola del embalse del Porma. Este terreno montañoso sirve de a modo de Parque Zoológico en semilibertad, con diferentes especies que conviven todos juntos en esta superficie: ciervo, gamo, jabalí, muflón, corzos, lobos ibéricos y bisontes europeos (especie con la cual el museo está muy involucrado en su recuperación).
Esta reserva se puede visitar en un vehículo todo terreno del propio Museo de la Fauna Salvaje. Con un conductor profesional, acostumbrado a las pendientes y a los terrenos de esta reserva, se visita todo el recinto con varias rutas posibles, en función de la climatología.
Además, los conductores con los que hemos coincidido son expertos en la fauna de la reserva, con capacidad para identificar a la mayor parte de los ejemplares que deambulan libremente por este terreno, si no que pueden enseñar muchas cosas en torno a las especies que habitan esta reserva.
Reserva de herbívoros
Lo que puede llamar la atención durante la visita es que, todos los animales salvajes son herbívoros, es decir, no comen carne (o comen muy poca, insectos y poco más). Y es que el recinto está dividido en zonas; la de carnívoros, con un par de lobos ibéricos, y la de herbívoros. Salvo raras excepciones, solo se visita esta segunda.
Las especies presentes por lo general son de animales que habitan o una vez habitaron los Picos de Europa. Así, no se encuentran caballos salvajes o uros (Bovinos de Heck) como en las reservas de San Cebrián de Cantamuda o en la de Paleolítico Vivo, que conocemos también.
Entonces, ¿por qué bisontes? Pues porque el bisonte europeo pobló estas montañas hasta hace unos 3.000 años; siendo este proyecto, junto a otros más, los que están tratando de recuperar la especie y en algún momento, permitir su reincorporación a la naturaleza.
Así, vamos a encontrar además de los bisontes europeos, varias manadas de jabalíes, ciervos, gamos, cabras y muflones; grandes herbívoros de varios orígenes del Mediterráneo occidental, pero que una vez habitaron en los Picos de Europa.
La reserva de lobos
Esta reserva no es visitable, al menos en las dos ocasiones que hemos estado no lo hicimos. Tiene varios recintos diferentes para poder “limpiar” el bosque de forma segura, pues se trata de alimentar lo mínimo posible a los lobos de este complejo.
La reserva de bisontes europeos
Todos los animales son especiales, pero estos grandes bóvidos tienen algo especial que los hacen únicos; quizás por su tamaño y por lo cerca que estuvieron de su total extinción. De hecho, como ya os contamos, una de las subespecies europeas se extinguió hibridando con la otra que poseía más especímenes.
De hecho, el bisonte estepario, que es el que se cree que puede estar representado en las Cuevas de Altamira, se extinguió hace unos 3.000 años.
En esta reserva hay una manada con dos machos reproductores y varias hembras, logrando hace unos años que, naciera el primer bisonte en los Picos de Europa desde hacía miles de años.
Algunos ejemplares son muy mansos, y en ocasiones es posible acercarse a ellos, aunque no se aconseja. Y desde luego, no es posible bajar del todo terreno sin la autorización del personal del Museo de la Fauna Salvaje.
Información práctica para visitar el Museo de la Fauna Salvaje
Situación y contacto
Museo de la Fauna Salvaje
Carretera entre los pueblos de Valdehuesa y Boñar
24854 Valdehuesa, León
Telf.: +34 987 73 53 81 / +34 616 648 286
@.: informacion@museodelafaunasalvaje.com
Horario de apertura
El horario es variable, por lo que se recomienda visitar la web oficial del Museo de la Fauna Salvaje.
A fecha de edición:
Hasta el 15 de octubre de 2023.
Abierto todos los días de 11:00 a 19:30 horas, de forma ininterrumpida.
Lunes cerrado.
Agosto: Abierto todos los días de 11:00 a 19:30 horas.
Lunes abierto.
Tarifas
Entrada general: 12,00 €/persona; Para personas entre 14 y 65 años.
Reducida para grupos: 7,50 €/persona; Con reserva y para un mínimo de 25 personas.
Reducida: 8,00 €/persona; Para niños y mayores de 65 años.
Discapacitados: 8,00 €/persona.
Solo parque Zoológico: 5€/persona; incluida la entrada al Museo.
Valdehuesa
El Museo de la Fauna Salvaje se encuentra en la carretera entre Boñar y la Valdehuesa, una pedanía dependiente de Boñar de apenas 30 habitantes en la cola del embalse de El Porma.
La localidad está ubicada, a unos 57 km de la capital leonesa y a 7 km de la Villa de Boñar; aunque históricamente ha pertenecido al concejo de Peñamián y fue parte del señorío del obispo de León.
Patrimonio
Dado su tamaño, apenas carece de un gran patrimonio urbanístico, por destacar, su iglesia parroquial, reedificada en 1899 gracias al patrocinio de Don Celedonio Pereda, originario de Valdehuesa y que dedicó a Santiago Apóstol, patrono de la pedanía.
Lo más importante de Valdehuesa es su importancia turística, basada en un entorno natural excepcionalmente bello y el propio Museo de la Fauna Salvaje. Esto ha permitido la existencia de algunas casas rurales y restaurantes en la zona.
Otro atractivo de este pueblo es la cercanía a la cola del embalse del Porma, lo que permite disfrutar de una gran masa de agua para la práctica de deportes acuáticos.
Información general sobre la zona
¿Cómo llegar?
Este Museo de la Fauna Salvaje se encuentra en la pedanía de Valdehuesa, dependiente de Boñar.
A este museo se llega por la carretera de montaña que parte de una desviación de la carretera comarcal LE331; que, a su vez, es la continuación de la carretera regional CL624, que arranca en la A60, en Puente Villarente, a escasa distancia de León.
¿Dónde comer?
Durante nuestra primera visita a este Museo de la Fauna Salvaje, veníamos de comer en Vegacervera, otro valle de las montañas leonesas. Allí comimos en el Restaurante las Rocas. Os lo cuentan con mejor detalle los compañeros del gastroblog de La mesa del Conde.
En nuestro segundo viaje, y aprovechando el buen tiempo, hicimos picnic en los jardines que posee este Museo de la Fauna Salvaje y que están habilitados para esto. Aunque el café lo tomamos en la terraza de la cafetería del museo; que, como os hemos comentado ya, aunque posee una cocina totalmente equipada, desde la pandemia por Covid19, no funciona, pero te puedes tomar una bebida.
En Valdehuesa, sabemos que existen al menos dos restaurantes; aunque no sabemos qué tal dan de comer, ni si están abiertos siempre. Son el Mesón el Venablo y el Mesón Restaurante La Forqueta.
¿Dónde alojarse?
Evidentemente, no nos hemos alojado en ningún viaje en Valdehuesa, pero sí en el entorno. Lo hicimos en Riaño, que no dista mucho de este pueblo ni del Museo de la Fauna Salvaje. Y lo hicimos en el Hotel Hostal Sainz. Un lugar correcto y económico. Perfecto para conocer la zona.
No obstante, en el entorno, sabemos de la existencia de otros alojamientos rurales, aunque no podemos dar referencias propias. Así por ejemplo podemos ver el apartamento dúplex en Boñar, o algo más lejos, en Ranedo de Curueño, el Hotel Rural El Canto del Gallo, que se asienta sobre una casa de montaña del siglo XIX.
Otros destinos próximos en la zona
En esta zona, todos los valles de los Picos de Europa leoneses son hermosos y con muchas cosas que ver. Algunas ya os las hemos contado, como el Museo de la Siderurgia y la Minería, en Sabero; Riaño, con su columpio, sus fiordos; también, las Cuevas de Valporquero, en Vegacervera; el Museo del Ferroviario, en Cistierna, o la subida al mirador de Piedrashitas ya casi en Valdeón.
Y ya ves que existen muchos atractivos por descubrir entre las montañas de León. Nosotros descubrimos muchas entre este viaje #ConoceLeón y otro similar, #Paisajes24. Pero hay muchas más cosas que hasta nosotros, tenemos que descubrir.
Ahora es vuestro turno, ¿Conocíais este interesante Museo de la Fauna Salvaje? Si habéis estado en alguna ocasión, dejadnos un comentario compartiendo vuestra impresión.
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