Para los expertos, es una de las más hermosas y perfectas catedrales góticas, la conocida como la Pulchra Leonina, haciendo referencia a que la Catedral de Santa María de León, es una de las más perfectas en cuanto a sus líneas y sus equilibrios góticos, siendo una de las construcciones más depuradas del gótico francés.
Recientemente hemos visitado la Pulchra Leonina, esta maravilla del gótico español, realizando una visita turística a la ciudad de León, y que os recomendamos. Entre otras cosas, nos sirvió para tomar algunas fotos nuevas con las que actualizar esta entrada.
Historia de la Catedral de León
Para conocer la historia de la Catedral de Santa María de León, es necesario conocer previamente la historia de la ciudad, ya que es sus cimientos se hunden bien profundamente. León es una ciudad española que como otras de su época, nace como un campamento militar romano. En concreto de la Legio VI Victrix hacia 29 a. C (Sexta legión victoriosa), fundada por César Augusto en el 41 a.C.
La actual construcción tiene su origen en el siglo XIII, con numerosas reformas, especialmente en el siglo XVII, pero a finales del siglo XIX fue restaurado su esplendor original. Pero ¿Qué pasa entre la fundación de la ciudad y esta construcción gótica?
La primera construcción románica
Es necesario retroceder hasta el año 916, en el que el Rey Ordoño II, hacía poco que había ocupado el trono de este reino. Además, acaba de derrotar a un ejército califal en la Batalla de San Esteban de Gormaz (Soria) , en la que parecía la eterna frontera del Duero, que dominaba la fortaleza de Gormáz.
Para agradecer a Dios aquellos grandes bienes, y animado por Fray Lucas de Tuy, el Tudense, este rey decidió donar su palacio, para que en sus aulas se aulas se erigiese el primer templo catedralicio. Esta residencia, a su vez fueron termas y otros edificios públicos que la Legio VII había construido a mediados del siglo II, cuando instaló su campamento en este lugar, entre los ríos Torío y Bernesga. Pero aquella sencilla catedral prerrománica muy pronto se vio enriquecida con los restos del rey Ordoño, fallecido en Zamora el año 924.
Nuevamente un revés, hacía que en 1067 el estado de la Catedral era de sumo decaimiento. Esto conmovería al rey Fernando I de León, quien, tras conseguir trasladar los restos de San Isidoro a León, se volcó en favores a la misma.
Este rey pudo disfrutar de una época pacífica, con grandes triunfos en su expansión del reino cristiano hacia el sur; y así, con la ayuda de la princesa Urraca, hermana del Rey, se inicia la construcción de un nuevo edificio. Este edificio se ampliaría ocupando el Palacio Episcopal de Pelayo II. De este palacio se encontraron restos en la reconstrucción de 1884 y 1888.
Esta segunda catedral fue consagrada el 10 de noviembre de 1073, manteniéndose en pie hasta finales del siglo siguiente. Cuando el último rey de León, Alfonso IX, se asiste en la ciudad y en el reino a un importante cambio social, de creatividad artística y desarrollo cultural.
La historia detrás de la Leyenda del topo, en la Puerta de San Juan
Existe una leyenda que hace referencia a un topo que se encuentra en la puerta de San Juan. En el interior del tempo, cuelga un pellejo, a modo de quilla, que la tradición leonesa ha identificado siempre como un topo maligno.
Este animal maldito minaba el subsuelo durante la noche, cuando los canteros dormían, convirtiendo en ruinas sus trabajos diarios. Por fin, lograron cazarlo y darle muerte, dejando su cadáver aquí colgado.
Las primeras reformas renacentistas y barrocas
Debido a la acumulación de humedades y filtraciones de aguas, no olvidemos que se asienta sobre un manantial, las aguas ocasionaron graves inconvenientes a los maestros. Además, la piedra usada en los sillares de piedra de mala calidad, y a todo esto, le añadimos los agentes atmosféricos; se produciría el derrumbe de una parte de las bóvedas de la nace central en 1631.
El Cabildo, preocupado por el resto del templo, recurrió a Juan Naveda, arquitecto de Felipe IV, quien cubrió el crucero con una gran cúpula, rompiendo los contrarrestos del sistema gótico, con otros tan distintos procedentes del barroco. Tanto el hastial como las capillas del sur volvieron a estar en peligro.
Aquél tuvo que ser reedificado el año 1694. Quiso poner remedio a estos desastres Joaquín de Churriguera levantando cuatro grandes pináculos sobre los pilares del crucero, a principios del siglo XVIII, pero las consecuencias de esta intervención serían aún más nefastas.
El Terremoto de Lisboa
El terremoto de Lisboa del año 1755 hizo vibrar a todo el edificio, como sucediera a la Catedral de Salamanca o a la Catedral de Valladolid. Afectó de manera especial a los maineles y a las vidrieras. En 1830 aumentaron los desprendimientos de piedras en el hastial sur y, para salvarlo, Sánchez Pertejo reforzó los contrafuertes de toda la fachada.
Más reformas hasta finales del siglo XIX
Desde 1857, empezaron nuevamente los desprendimientos de piedras. Tras varios arquitectos trabajando en las bóvedas. Finalmente, Juan Madrazo y Demetrio de los Ríos, puristas del estilo gótico finalmente terminaron dando a la Catedral de Santa María de León el aspecto actual, prácticamente el mismo que debió tener en su origen en el siglo XVI.
A su muerte fue nombrado arquitecto de la catedral Juan Bautista Lázaro, que concluyó los trabajos de restauración arquitectónica en la mayor parte del edificio, y el año 1895 emprendió la tarea de recomponer las vidrieras. El 27 de mayo de 1966 un incendio arrasó toda la techumbre de las naves altas. En el año 2015, se estrenó una restauración de todas las vidrieras.
Localiza la Catedral de León, la Puchra Leonina, en un mapa independiente.
Descripción de la Catedral de Santa María de León
La Planta
La Catedral de León tiene unas dimensiones impresionantes, con 90x30x29 metros; La planta, es la clásica de cruz latina. El cuerpo principal se divida en tres naves, de la entrada al transepto; y cinco naves del transepto al altar mayor. La planta una réplica de la Catedral de Reims. (Francia).
En sus muros presenta 125 ventanales, con 1.800 m² de vidrieras policromadas de origen medieval, siendo consideradas de las mejores del mundo en su género. Entre todas, destacan el gran rosetón central situado en el pórtico central, entre las dos torres de aguja, así como las de la Capilla Mayor, el transepto norte y la Capilla de Santiago.
El Exterior
Destaca la fachada principal, la occidental, con un pórtico triple igual que Reims, con rosetón central y flanqueado por dos torres góticas de 65 y 68 metros. El hecho que las torres sean diferentes, en forma y altura, responde a momentos diferentes de la construcción y es bastante típico del gótico. En las jambas, arquivoltas, tímpanos y parteluces de las portadas se desarrolla un trabajo escultórico destacado de la escultura gótica española.
La portada sur también cuenta con tres pórticos. El principal imitando la Puerta del Sarmental de la Catedral de Burgos, flanqueado a la derecha por la de San Froilán y a la izquierda por la de La Muerte. La otra fachada, la norte, cuenta con la Puerta de la Virgen del Dado. La fachada principal se estructuraba generalmente en tres vanos abocinados, constituidos por arquivoltas y jambas y enmarcados en un gablete, una galería de reyes del Antiguo Testamento, un gran rosetón situado en la nave central.
El interior de la Catedral
El interior de esta espléndida catedral gótica sigue con gran fidelidad el modelo francés de tres pisos. El primero, con arcos apuntados con pilares fasciculares, cuyos baquetones se insertan en los nervios de las bóvedas creando un eje que marca la verticalidad del interior. El segundo piso cuenta con un triforio y el tercero es el claristorio, o conjunto de vidrieras
Aunque el conjunto de esta catedral es extraordinario, las vidrieras de la Catedral son, sin duda alguna, uno de sus mayores atractivos. El destino ha querido que se aún se conserven algunas de las piezas originales, construidas entre el siglo XIII y XV. El conjunto cuenta con 134 ventanales y 3 rosetones.
La Capilla Mayor, cerrada por una verja de estilo plateresco, contiene una custodia de plata del siglo XVI y pinturas góticas en el retablo del Altar Mayor, de Nicolás Francés.
En el trascoro, se guarda una de las sillerías más antiguas labradas por escultores de Flandes, datada en el siglo XV por el autor Esteban Jordán. En su decoración se conjugan unas magníficas esculturas.
En la girola se encuentra el sepulcro de Ordoño II de León, y cerca de él se encuentra el que contiene los restos de Alfonso de Castilla y Aleramici, hijo del infante Juan de Castilla y nieto de Alfonso X el Sabio, rey de Castilla y León. El claustro del siglo XIV tiene forma de cuadrado regular, con seis arcos ojivales en cada lado. En la biblioteca hay varios manuscritos visigodos, que durante siglos fue un tesoro de los reyes de León, que los ligaba con la época preislámica.
Las capillas bajo las torres principales
Capilla de San Juan de Regla
En el cuerpo inferior de la torre del norte está la capilla de San Juan de Regla, conocida como la parroquia de la Catedral.
En sus muros hay dos lápidas con inscripciones alusivas a los rectores de la misma que ya estaba abierta al culto el año 1274. El retablo con lienzos referentes a la vida de San Juan Bautista y San Juan Evangelista y de la Asunción de la Virgen.
Capilla de Santa Lucia
Al lado opuesto, bajo la torre sur. Es interesante la pila bautismal que hay en ella. Una obra de Juan de Badajoz, el Mozo; tiene forma de copa cubierta de escamas sobre las que resaltan varias figuras y grupos en relieve.
Junto a estos temas sobresale el escudo del obispo Pedro Manuel, protector del artista. El retablo es barroco, de principios del XVIII y está presidido por la titular.
El Crucero Norte
En el muro occidental del crucero norte, y empotrado en el mismo, se encuentra el sepulcro del obispo Martín Rodríguez, obispo de Zamora y de León. Debajo de la pintura de San Cristóbal se conserva un sepulcro que albergó las cenizas de San Alvito, en cuyo epitafio consta que murió el 3 de septiembre de 1062, en Sevilla, en una misión para el rey Fernando I que pretendía traer a León las reliquias de las Santas Justa y Rufina.
Pasada la cancela que da acceso al Claustro, hay un valioso cuadro pintado en tabla con el martirio de San Erasmo. Debajo está el sepulcro de otro obispo, Manrique de Lara, que fue el iniciador de las obras de esta catedral al año 1188. El lienzo que cuelga sobre él representa a la Sagrada Familia, y fue pintado por el pintor leonés José de Mongastón, el año 1664.
Las capillas de la cabecera de la Catedral
Esta Catedral posee una girola con capillas formando un ábside que va de crucero a crucero de formando un pasillo continuo de capillas.
Conozcamos las capillas:
Capilla de Santa Teresa
Es la primera de la cabecera. Ya disfrutaba de dotación el año 1250, y en ella fueron enterrados varios jueces del tribunal eclesiástico. En sus muros se conservan frescos de Nicolás Francés o de discípulos suyos. La imagen de la santa es obra de Antonio de Paz, discípulo de Gregorio Fernández.
Capilla de la Virgen del Camino
Fuera de la planta de la Catedral, se construyó una gran sala rectangular, dedicada a librería del Cabildo. Hoy, este espacio es la capilla del Santísimo o, según la advocación popular, de la Virgen del Camino.
Se trata de un pequeño recinto cuadrado de la cabecera del templo le sirve de vestíbulo. Se comenzó a construir en agosto de 1492, concluyendo los trabajos en 1505, con la colocación de los ventanales; toda una auténtica filigrana sobre piedra.
Otro elemento decorativo importante es el retablo pétreo, a cuyos lados campean los escudos de los obispos Valdivieso y Desprats, impulsores de la construcción.
Capilla de San Andrés
Se comunica con la anterior mediante arco carpanel construido por Juan de Badajoz el Mozo, entre los años 1533 y 1534 en un notable estilo plateresco. Sobre el muro del frente hay un valioso cuadro de San Andrés, del siglo XVII.
En el del norte se encuentran empotrados dos hermosos relieves, correspondiéndose con los yacentes de Alfonso de Mansilla y su esposa, María Velázquez, patrocinadores de la Catedral.
Capilla del Nacimiento
En ella se encuentra un magnífico conjunto escultórico que escenifica el misterio de la Natividad del Cristo. Sobre el portal, se reproduce un paisaje montañoso, escarpado, con arbustos, ovejas y cabras. En el muro de la izquierda está enterrado el obispo Arnaldo.
Las vidrieras, aunque restauradas, son del siglo XIII. Aluden a San Ildefonso y a San Pedro, a quienes estaba dedicada la capilla en aquella época. Figuran también otros dos obispos: uno suele identificarse con San Froilán, y el otro con San Hipólito. En una de las rosetas se representan peregrinos ante la iglesia de Compostela, pues no debemos olvidar que el Camino de Santiago Francés pasa por la puerta de esta iglesia Catedral.
Capilla de San Alvito
Está frente a la capilla del Nacimiento, y fue ejecutada por Juan de Badajoz el Mozo, por mandato del obispo Pedro Manuel para ser un altar sepulcro. El altar oculta otras relacionadas con la vida del santo. La urna del sepulcro es de tipo florentino, ovalada, con abundante decoración, representando a San Alvito.
Capilla de la Virgen de la Esperanza
Hace pocos años que está capilla estuvo presidida por la imagen de la Virgen de la Esperanza, realizada en piedra y esculpida a finales del siglo XIII. Su policromía fue posterior. Por su calidad, esta imagen logra un gran realismo y resulta muy querida por los leoneses.
En las vidrieras hay escenas de la vida de Jesús y de María. Todas ellas sufrieron profunda restauración el siglo pasado.
El sepulcro del muro izquierdo pertenece a un obispo. Frente a esta capilla hay un fresco de Nicolás Francés, roto en el siglo XVIII para dar acceso al altar. En el hueco se colocó un lienzo del Ecce Horno, de 1834.
Capilla de la Virgen Blanca
Es la capilla más antigua de la catedral. En su origen, estuvo dedicada al Salvador. Pero, desde 1954 está presidida por la Virgen Blanca, imagen que ocupaba el parteluz de la puerta principal del Juicio que tuvo que ser sustituida por una buena copia.
Es probablemente la escultura más clásica del gótico leonés. La escultura yacente de la izquierda guarda los restos de la condesa doña Sancha, fundadora de un monasterio en Cabreros del Río, a mediados del siglo XIV Que fuera asesinada por un sobrino suyo. El otro sepulcro pertenece al infante D. Alfonso, benefactor de la Catedral, que murió en 1377.
Sepulcro de Ordoño II
En el muro frontal a la capilla de la Virgen Blanca, como ya se ha mencionado, se encuentra el sepulcro monumental del rey Ordoño II. El conjunto se articula en torno a una escultura del yacente. Esta escultura parece que en su ubicación original estaba pensada para mantenerse en pie.
También el conjunto se completa con dos escenas perfectamente diferenciadas: la de Cristo en la cruz, muerto ya, a quien Longinos clava la lanza y otro soldado ofrecía la esponja, San Juan y la Virgen y los dos ladrones crucificados. La otra obra es un Descendimiento de la cruz.
Capilla de San Antonio
Además de la imagen del santo, de mediados del siglo XVII, son valiosas las pinturas de las ojivas murales. Las vidrieras, además de las figuras, narran escenas de la vida de San Clemente y de San Antonio. Hay una mezcla de épocas y estilos.
Frente a esta capilla hay una piadosa representación del Llanto ante Cristo muerto.
Capilla del Santo Cristo
Esta capilla estuvo dedicada a ser los aposentos de sacristanes de la Catedral de León hasta 1524, cuando D. Andrés Pérez de Capillas, arcediano de Tricastella, quiso enriquecerla con un conjunto escultórico que representa un calvario que encargó a Juan de Valmaseda. Dos años más tarde, el mismo artista completó el retablo con los cuatro evangelistas y sus correspondientes símbolos.
En el muro opuesto, se levanta la llamada puerta del Cardo, que fue diseñada y ejecutada por Juan de Badajoz el Viejo. Esta puerta servía para dar acceso al altar desde la sacristía. A cada lado hay una imagen sobre hornacina de media caña.
Capilla del Carmen
La talla titular de esta capilla es una copia de una imagen de Gregorio Fernández. Lo más interesante de este espacio es el sepulcro del obispo Rodrigo Álvarez, dedicado a San Miguel; siendo uno de los más antiguos, es también el mejor conservado de la Catedral.
El retablo que está a continuación, del siglo XVIII, se adorna con unas buenas imágenes de San José, San Alfonso María de Ligorio, San Benito y San Miguel. En la rosa figuran los nombres de los artistas y pintores que trabajaron en la Catedral en la restauración de las vidrieras.
El Crucero Sur de la Catedral
Correspondiéndose con el del brazo norte del crucero. Esta parte de la construcción posee otro extraordinario sepulcro, protegido por tres ojivas y empotrado en el muro occidental. Igualmente es obra del Maestro de la Virgen Blanca. En él reposan los restos del obispo Martín Fernández, el protegido de Alfonso X y constructor de la Catedral.
La Capilla mayor
Se dice, que el Cabildo leonés, durante una visita a la Catedral de Toledo, quedo muy impresionado por la obra escultórica de “el Transparente”, considerada una obra maestra del barroco para delimitar la Capilla mayor. Tal fue su impresión, que se decidió hacer algo similar en el presbiterio. Así se contrató un retablo descomunal, para sustituir el realizado por Nicolás Francés en el siglo XV
Aquel retablo, colocado en 1740, chocaba con la sencillez y pureza de este templo, por lo que, una vez terminadas las obras de restauración a finales del siglo XIX, los arquitectos determinaron su desmonte.
El Coro de la Catedral
Por la disposición de la planta de la Catedral de León, resultó fácil colocar un gran coro alrededor del presbiterio, como se venía haciendo desde la época paleocristiana, aunque esta costumbre se utilizó menos en España.
Dicho coro ocupaba los dos primeros intercolumnios próximos al altar, con las sillas paralelas al eje de la iglesia. Las cuatro primeras de ambos lados se cerraron en escuadra en el siglo XVI, lo que originó la construcción del trascoro, quedando así el espacio de la capilla recogido con mayor intimidad para los actos litúrgicos. El coro definitivo quedo divido en dos coros, cada cual con doble orden de sillería; el del Rey, por el lado del evangelio y el del Obispo, por el lado de la epístola.
Permaneció allí, en el presbiterio, hasta el año 1746, en que el arquitecto Tomé lo colocó en el lugar que hoy ocupa. Ésta había sido una vieja aspiración del Cabildo. Es una de las sillerías más bellas del siglo XV, empezó a tallarse el año 1467 para estar concluida en 1481. Se encargó de la obra el maestro Jusquín, que por entonces trabajaba en la fábrica.
El trascoro
Se trata de una obra genial del renacimiento español, comenzado a construir en 1577, bajo la dirección de Juan López, sobre los planos que había trazado Juan de Badajoz el Mozo un tercio de siglo antes. El continuador de las obras fue Baltasar Gutiérrez, quien completó la estructura, en cuya decoración se quiere ver la mano borgoñesa de Juan de Juni.
Se concibe un todo, como un monumental arco de triunfo con un cuerpo de dos tableros a cada lado, enmarcados por columnillas de tercia, teniendo como pedestal un gran zócalo.
En el ático, por la parte delantera, está la Asunción de María, y, mirando al altar, San Froilán. Dichas imágenes, lo mismo que los tableros de alabastro fueron contratados por el cabildo con Juan de Juni y Esteban Jordán en 1577, aunque por fallecimiento de Juan de Juni, la obra corrió por cuenta de Esteban Jordán solamente.
Los muros laterales de los dos primeros tramos del coro son de Baltasar Gutiérrez, el resto, fueron construidos por Narciso Tomé en 1744. La verja que lo cierra fue fabricada por Félix Granda, bajo diseño de Manuel de Cárdenas, en 1915.
Museo Catedralicio
El espacio dedicado a este colegio catedralicio fue inaugurado el año 1981, como resultado de la fusión del antiguo museo catedralicio, con el diocesano, fundado en 1945. No obstante, muchas de las obras actualmente expuestas proceden de fondos logrados en la década de los 60’s del siglo pasado.
En la actualidad constituye un conjunto único en su género, albergando piezas de todas las etapas de la historia del arte, desde la prehistoria hasta el siglo XX, todas ellas repartidas en diecisiete salas, en el entorno del claustro catedralicio y en un edificio en frente de la portada sur, en la Plaza de la Regla.
El Museo merece es esfuerzo visitarlo, sobre todo si eres un amante del arte sacro.
Información de interés para visitar este museo
La entrada se hace desde el exterior de la Catedral. Tiene un horario solo de tarde; todos los días, de 16:00 horas a 19:00 horas. Pero es esencial concertar una visita guiada en el telf. +34 987 875 770.
Coste de las entradas
- Entrada completa al museo: 5,00€/persona.
Entrada completa para grupos: 3,50€/persona para grupos de más de 20 personas.
Entrada parcial o completa junto a la entrada a la catedral: 2,50€/persona.
Entrada parcial o completa junto a la entrada a la catedral: 2,50€/persona para grupos.
Las Torres Campanario
La Catedral de León está caracterizada por sus dos imponentes torres “gemelas” a los pies de la fachada principal, y que forman la imagen más reconocida de esta Catedral de Santa María de León, lo que la hace ser la Pulchra Leonina. Una de ellas, la del lado sur, alberga el reloj y las dos campanas correspondientes, denominaremos a ésta la torre del reloj. La torre norte, contiene las trece campanas litúrgicas, por lo que se denomina la torre de las campanas.
Además, disponía de una vieja matraca, que desde hace más de 40 años, no ha vuelto a sonar. Este instrumento se usaba primitivamente para convocar la liturgia de Semana Santa, pero se prohibió su uso en el Concilio del Vaticano II. Con esta reforma, se enterró una tradición probablemente heredada de la cultura árabe, puesto que matraca viene del concepto arábigo mitraqa, que significa martillo.
Las campanas de la Catedral de Santa María de León estuvieron sonando a diario, dando las horas, hasta noviembre de 2008. Debido a una queja de parte de 200 vecinos. Desde entonces, el horario es de 8 de la mañana a 12 de la noche.
La visita al Claustro de la Catedral de León tiene un coste independiente, de 2 €/persona individualmente; o 1 €/persona para grupos.
Pero, esta descripción no puede ser suficiente para entender esta magnífica Catedral de Santa María de León, esta Pulchra Leonina. Te animamos a hacer una escapada hacia esta ciudad regia, y no solo a descubrir todos los secretos que atesora esta obra cumbre del gótico hispánico, si no, a disfrutar de todos los otros tesoros, más prosaicos, que esperan al viajero en León, como la gastronomía, la historia, sus gentes,…
¿Y tú? ¿Conoces la Catedral de León? ¿Qué crees que se nos ha podido pasar por alto? ¿No es una de las más hermosas construcciones góticas de Europa? Déjanos tu opinión en comentario, o bien, sugiérenos que otra construcción gótica hay que visitar en Castilla y León.
Información de interés
Situación y contacto:
- Plaza Regla, s/n (ver en un mapa)
24003 León.
Telf.: +34 987 87 57 70
Horarios de visita:
Ojo, que los meses de verano es un poco raro el horario:
- Meses de enero, febrero, marzo, abril, octubre, noviembre y diciembre: Mañanas de 9:30 horas a 13:30 horas, y los domingos hasta las 14:00 horas. De tarde, de 16:00 horas a 19.00 horas.
Meses de mayo, junio, julio y septiembre: Mañanas de 9:300 horas a 13:300 horas, de lunes a viernes; Sábados, solo hasta las 12:00; y domingos, solo hasta las 11:00 horas. De tarde, de 16:00 horas a 20:00 horas, de lunes a viernes- Los sábados, de 14:00 a 18:00 horas; y domingos, de 14:00 horas a 20:00 horas.
Precio de las entradas
Incluye audioguía, que por experiencia es bastante útil.
- Estándar: 6€/persona.
Reducida: 5€/ persona; apta grupos, estudiantes y jubilados.
Escolares: 2€/persona.
Gratuíta: Menores de 12 años acompañados por un adulto y con tarjeta de la Catedral.
NOTAS:
Queremos agradecer a la web Maravillas por España la gran fuente de información, especialmente fotográfica. Recomendamos su consulta para acceder a más información. Especialmente, su artículo sobre el exterior y el de su interior
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