Castilla y León es tierra de vinos, con muchas opciones donde elegir, con gran variedad de vinos. Hace poco, descorchamos este rosado de Bodegas Valdelosfrailes 2014, procedente de la Denominación de Origen Cigales.
De los claretes a los rosados
Tradicionalmente los vinos de Cigales, aunque conocidos sobradamente en Valladolid, especialmente por su cercanía con la capital pucelana, su fama apenas trascendía, pues los claretes que se elaboraban en aquellos tiempos resultaban ásperos y difíciles de tomar.
Ya en 1991, con la consolidación del reconocimiento de la Denominación de Origen Cigales, la elaboración de estos vinos paso a realizarse con mayor mimo, buscando la calidad. Fruto de aquel esfuerzo, los rosados de Cigales han evolucionado y actualmente están reconocidos como unos de los mejores del mundo.
Además son un vino ideal para disfrutar fresquito en verano.
Degustación de este rosado de Bodegas Valdelosfrailes
Variedad de uva: elaborado con un mezcla de 80% de la variedad tempranillo y un 20% de verdejo.
Origen: Bodegas Valdelosfrailes en Cubillas de Santa Marta, dentro de la DO. Cigales.
Elaboración: Procedente de los pagos Las Costanas y Terrón Blanco, con viñas de casi 20 años, posee una fermentación a temperatura controlada durante 14 días, buscando un sangrado que dé el color característico de estos rosados.
Características
Visualmente es un vino muy limpio y brillante con una tonalidad cereza claro con algunos reflejos en la corona de la copa azulados.
Aromáticamente destaca la frescura de la fruta y las flores. Es fácil encontrar moras, aunque igualmente toques más frescos como a hierbas recién cortadas. Desprende una sensación muy refrescante.
En boca está muy equilibrado, con una acidez muy ajustada, que da frescura al paladar, pero sin exceso de toques minerales que puedan llegar a molestar. Muy ligero, lo que permite un paso fácil. Seguimos encontrando frutos rojos, aunque algo más maduros. El retronasal no es especialmente prolongado, pero aceptable.
Nuestra impresión
Este rosado no tiene nada que ver con los antiguos claretes que tan mala fama tuvieron en el pasado. Es un vino bien montado, fácil de beber y que como ya anticipamos hace tiempo, un vino ideal para disfrutar en verano.
Sin ser el vinazo de nuestra vida, es muy agradable y hemos disfrutado con esta botella. Pese a no estar en el punto de máximo esplendor, aún conserva sus cualidades.
Propuesta de maridaje
Los vinos rosados, especialmente en verano, son los verdaderos competidores de los vinos blancos y de las cervezas, pues sin crianza resultan refrescantes y fáciles de beber. Así perfectamente se puede tomar con una carne blanca o con unos pescaditos.
Nosotros lo disfrutamos con una pizza margarita casera, en cuya elaboración tan solo hay tomate, albahaca y queso. Ingredientes simples pero que casan muy bien, conjuntando este ‘picoteo’ que perfectamente podría estar en un afterwork, o en una terraza de verano.