Hacía tiempo que no dábamos con un vino tan interesante y que nos dejase tan buen recuerdo como este vino tinto, el Carmelo Rodero crianza 2018, de bodegas Rodero, en la Ribera del Duero Burgalesa. Un vino tinto potente y muy atractivo que nos recomendaron y que desde luego ha mejorado nuestras expectativas.
Bodegas Rodero, en el corazón de la Ribera burgalesa
Si bien el epicentro de la Ribera del Duero Burgalesa es Aranda de Duero, donde hay grandísimas bodegas, no tanto en tamaño como por la calidad de los vinos que elaboran, dicen los más sabios, que la verdadera joya se da en el entorno de Roa de Duero; que, si bien no dista apenas de Aranda, es una de las mejores zonas para cultivar la vid.
Las Bodegas Rodero se encuentran en Pedrosa de Duero, una localidad a menos de 5 kilómetros de Roa. Por tanto, un lugar buenísimo para este cultivo. A esta materia prima, se le añade el paciente y leal saber de la tecnología vitivinícola, y así es como se crea una parte de la magia; y es que, aunque estas bodegas son de nueva planta, con mucha tecnología, al final, el proceso de elaboración se hace respetando la tradición al máximo posible, y cuando se combina con el tiempo adecuado, el resultado es insuperable.
Pedrosa del Duero
Como casi todas las poblaciones de la ribera del Duero burgalesa, sorprenden las catedrales del vino que se encuentran en estas pequeñas localidades; y es que, aunque hoy estas villas, pueblos y aldeas no se ven muy ricas, en su pasado, la producción de vino permitía pagar estos magníficos templos. Si bien el de Gumiel de Izan puede ser el más llamativo, todos los pueblos de la zona poseen su maravillas.
Pedrosa de Duero no es una excepción, pues su iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción posee una traza y un porte maravilloso, digno de localidades más grandes.
Enoturismo
Siendo como es, una de las mejores zonas para elaborar vinos, en Pedrosa de Duero vais a poder disfrutar de varias de las bodegas más interesantes para los amantes del vino como para los turistas más ocasionales. Sin duda, una forma de iniciarte en este mundo tan apasionante.
Así, destacan, evidentemente la bodega de Carmelo Rodero, en las afueras de la población. Otras bodegas que según sus webs son visitables son Bodegas Viña Pedrosa, Bodegas Hnos. Páramo Arroyo, Bodega de Pago de los Capellanes y Bodegas Viña Vilano. En el entorno hay otras bodegas y localidades interesantes, pero de eso os lo contamos en otras publicaciones.
Cata del Carmelo Rodero crianza 2018
- Variedad de uva: vino elaborado con las variedades Tinta del País (Tempranillo) 90% y Cabernet Sauvignon 10%.
Origen del vino: Vino amparado por la DO. Ribera del Duero.
Vinificación: Viñedos con más de 15 años, elaborado con una unión de técnicas tradicionales y medidas modernas, se cría durante un mínimo de 15 meses en barricas de roble francés, con trasiegos cada 3 meses, para finalmente reposar al menos otros 12 meses en botella, antes de salir al mercado.
Características
Vino de una capa alta y color rojo picota con corona purpurada, atractivo al ojo al ser muy limpio y brillante.
En nariz tras el primer golpe alcohólico que recuerda a la bodega, la fruta negra madura se abre paso hasta mostrar mucha frescura. Al abrirse un poco, el efecto de la barrica se hace mucho más presente, con toques a especias procedentes de la crianza en a barrica de roble francés. Nosotros encontramos unos ligeros toques torrefactos, bajo un alegre toque picante, a pimienta.
En boca es carnoso, llena la boca en un paso agradable pese a una potente astringencia. Estructurado y de postgusto largo. Pese a una crianza prolongada sigue manteniendo mucha intensidad de fruta, con una acidez que aporta mucha frescura. Se equilibra perfectamente con sus 14º. Es una maravilla para disfrutar hasta la última gota.
Nuestras impresiones
Estamos frente a uno de los buques insignia de la Ribera del Duero, con una madera con una presencia innegable, pero sutil. No estorba. Es muy fácil de tomar, lo que puede resultar peligroso, pues te invita a más de bueno que está. Hacía tiempo que no nos encontrábamos con algo así.
Además, fomenta la salivación, por lo que va a llamarnos a acompañar este vino con un alimento. Esto lo hace ideal para disfrutar en la mesa. No te lo tomes con prisa, es para disfrutar cada trago.
Propuesta de armonía
Es potente y bastante tanínico, por lo que no es un vino de chateo, salvo que os pongan algo muy potente. Como hemos dicho, su lugar es la mesa, con amigos y sin prisas. Acompañando a una buena pieza de carne. Vamos a “tirar” de lo clásico, un asado de cordero lechal al estilo arandino; Es una apuesta segura.
Otra forma ideal es con una carne roja a la parrilla, como la que nos preparamos en casa, con su toque de mantequilla y especias, buscando la combinación de los aromas de la maloláctica. Igualmente, perfecta. Al día siguiente, nos terminamos la botella con unas hamburguesas gourmet de carne de waygu. Una pasada de bueno.
Vídeo cata Carmelo Rodero crianza 2018
También te ofrecemos la video cata que hicimos con La mesa del Conde, después de comer, claro, pues una buena pieza de carne a la parrilla no puede esperar. Tuvimos que forzar un poco para dejar vino para la grabación.
Puedes conocer más vídeocatas de vinos de la Ribera del Duero aquí.
Adquiere este vino
Si te ha gustado este vino, que te recomendamos, te dejamos este enlace para adquirir este Carmelo Rodero crianza 2018. Totalmente recomendable.
¿Y vosotros? ¿Conocías este vino Carmelo Rodero crianza 2018 de la Ribera del Duero? ¿Qué otros vinos de esta denominación de origen nos recomendarías? Contádnoslo en un comentario, seguro que es muy interesante.