Regresamos nuevamente a Ávila, una ciudad llena de patrimonio, tanto cultural, arquitectónico, como gastronómico. Así lo descubrimos durante la TuitQuedadaCultural de Ávila. Pero es todo esto y mucho más. Vamos tratar de conocer algunos de sus interesantes puntos que no deberían faltar en una visita turística por la capital de provincia, Ávila y sus murallas, más alta de España, ejemplo de datos curiosos.
Ávila posee varios títulos y nombres. Entre ellos posee los títulos de Ávila del Rey otorgado por Alfonso VII, Ávila de los Leales otorgado por Alfonso VIII y Ávila de los Caballeros otorgado por Alfonso XI, todos ellos presentes en la bandera de la ciudad.
Breve historia de la ciudad
Ávila siempre un emplazamiento estratégico ideal, así fue ocupado desde la prehistoria por poblaciones humanas. Inicialmente fueron los pueblos vetones. Fruto de esta ocupación humana son los números restos megalíticos como altares rupestres y verracos. Algunos se encuentran en la ciudad. Pero esta zona fue conquistada por los cartagineses para reclutar a sus guerreros. Esto supuso que, tras la derrota de Cartago, pasara a ser una zona ocupada, y luego más tarde, integrada a Roma.
De su larga presencia romana, en Ávila se conservan bastantes restos, como el puente romano, bastantes mosaicos, la calzada romana y numerosas estelas funerarias. Fruto de este asentamiento se creen son los cimientos de las murallas medievales. Durante la época del reino visigodo, tendrá una ocupación media, pero sobre todo destacan los clérigos que de ella salen. Con la invasión musulmana, Ávila quedara poco poblada, al quedarse en el conocido “desierto del Duero”, una frontera estratégica despoblada.
Alfonso III de Asturias reconquista la ciudad para la cristiandad. Los castellanos del Conde Fernán Gonzalez tratarán de mantenerse firmes, pero el empuje de Abdelmelic Almudafar derribó sus murallas hasta los cimientos. Tuvo que ser necesaria la intervención de Alfonso VI y su yerno Raimundo de Borgoña para que la Ávila fuera repoblada y sus murallas reconstruidas.
En Ávila y al pie de sus murallas, el 5 de junio de 1465 tuvo lugar el suceso conocido como la Farsa de Ávila, en la cual Enrique IV fue depuesto como rey y coronado su medio hermano, el Príncipe Alfonso, hermano menor de la futura Isabel ‘La Católica’.
A principios del siglo XVI en el casco viejo de la ciudad, dentro de la muralla, aparecían dos zonas muy diferenciadas: la zona norte, entre la catedral se encontraban los palacios y las viviendas de los hidalgos y los clérigos, mientras que en la zona sur se localizaban las viviendas de los judíos y los musulmanes. Los moriscos estaban instalados al norte, fuera de la muralla, así como al sur, poblando los arrabales de Santiago y San Nicolás, el Mercado Chico, y la zona sur.
La ciudad ha sido considerada tradicionalmente como ciudad de cantos y de santos. La ciudad se llamó oficialmente Ávila de los Caballeros hasta el 1877, año en que perdió esta designación y pasó a denominarse simplemente Ávila.
Personajes ilustres asociados a Ávila
Dos de las figuras claves en la historia de Ávila son las de los místicos del siglo XVI Teresa de Cepeda y Ahumada, más conocida por el nombre de Santa Teresa de Jesús (1515-1582) y Juan de Yepes Álvarez conocido como San Juan de la Cruz, (1542-1591). Desde 1952 es el patrono de los poetas en lengua española, pasaron buena parte de su vida en la ciudad y en la que escribieron parte de su obra literaria.
También destacamos a Tomás de Torquemada (1420-1498) fue un fraile dominico castellano, confesor de la reina Isabel la Católica y primer Inquisidor General de Castilla y Aragón en el siglo XV. En 1493 se retiró al convento de Santo Tomás de Ávila, donde en 1498 falleció.
En tiempos más modernos, encontramos al escritor estadounidense Ernest Hemingway, que en 1931 pasó unos meses en la localidad de Barco de Ávila donde se enamoró de la pesca de la trucha, de sus gentes amables y de sus asados, también conoció Ávila, atraído por sus escritores místicos.
Ávila, Patrimonio Mundial de la Humanidad
Uno de los motivos de mayor orgullo de la ciudad, es haber sabido preservar la austeridad y pureza de líneas de su arquitectura medieval, de la que son muestras notales la catedral gótica y las murallas.
La ciudad de Ávila está inscrita en la lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad por partida doble. En 1985, se inscribió la ciudad vieja y las murallas, y desde 2007, las iglesias románicas extramuros. Esto hace de esta noble villa una de las más especiales.
La monumentalidad e historia de la ciudad de Ávila, y concretamente de sus murallas, ha motivado que directores nacionales e internacionales hayan elegido la muralla abulense como plató y escenario cinematográfico, haciendo de la ciudad de Ávila un destino de película, y convirtiendo al cine en un canal más para mostrar al mundo su magnífico Patrimonio que ofrece la ciudad.
Ávila y sus murallas
Si hay algo que represente a Ávila, son sus murallas medievales, de estilo románico, completamente preservadas, una seña de identidad, por su calidad de conservación.
El perímetro de la muralla es de 2.516 metros, con 87 torreones y 9 puertas. Rematan su alzado la friolera de 2.500 merlones (las almenas son los espacios entre los merlones). Si de algo puede presumir nuestra muralla es de ser el recinto amurallado urbano mejor conservado del mundo.
A lo largo de los recorridos por la muralla, se aprecian diversos tipos de piedra y diferentes formas de tallado de la misma. Eso debe a las sucesivas etapas de construcción, pero, también, a rehabilitaciones que ha ido sufriendo a lo largo de los siglos. Sus formas y sus disposiciones nada tienen que ver con los sillares y la mampostería que dominan en la defensa. Ello se debe a que son piezas reutilizadas, muchas de ellas provenientes de alguna edificación romana previa que habría sido desmantelada.
Historia de las murallas de Ávila
Sin perder de vista que es una construcción viva a lo largo de los siglos, hay que partir de la consideración de que hubo una primera muralla más antigua, con numerosas ampliaciones, reconstrucciones y reparaciones.
Según la tradición fueron dos maestres de geometría, uno romano y uno francés, los que dirigieron la construcción de la muralla medieval que duró nueve años.
Se cuenta, que en una ocasión los árabes decidieron atacar la ciudad, aprovechando que la mayor parte de los hombres habían salido a hacer la guerra al sur del Sistema Central. Para esto, plantearon un ataque a la muralla. Y así fue como, la brava Jimena Blázquez, mujer del alcalde, reunió a todas las mujeres y éstas se vistieron con ropajes de guerreros, disponiéndose en las zonas más visibles de la muralla con teas encendidas, gritando y tocando las trompetas de guerra. Ante esta circunstancia, en la que Ávila aparentaba estar bien defendida, los árabes ni siquiera intentan el asedio; Jimena salvó la ciudad con ingenio. A partir de este momento, las mujeres abulenses tuvieron el privilegio de participar en las reuniones del Ayuntamiento.
En 1884 las murallas de Ávila fueron declaradas Monumento Nacional y en 1982 la ciudad fue declarada Conjunto Histórico-Artístico. Desde 1985 la ciudad antigua de Ávila, su muralla y las iglesias extramuros de San Vicente, San Pedro, San Andrés y San Segundo están consideradas como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En 2007 la Unesco amplió la declaración de Patrimonio de la Humanidad a las iglesias de San José, Santo Tomás, San Martín, Santa María de la Cabeza y San Nicolás.
Como puedes comprobar, Ávila es una ciudad que merece mucho la pena visitar,.. tan solo tienes que decir cuándo ir, porque las recompensas son muchas, y te están esperando.
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