Hace nada tuvimos la gran suerte de poder disfrutar de uno gran vino tinto procedente de la Ribera del Duero en una gastroexperiencia extraordinaria en el Restaurante la Parrilla de San Lorenzo. En esa ocasión, la armonía que se buscada era con unos estupendos chuletones de ternera y de buey.
Como una vez nos comentó nuestro amigo Fernando de Terroaristas, un experto winelover a tener en cuenta, los maridajes perfectos son aquellos en los que el vino y la comida en lugar de taparse, se potencian mutuamente. Este caso podría describirse como uno de estos maridajes.
Bodegas Valduero
Las Bodegas Valduero, es una bodega familiar nace en 1984 en Gumiel de Mercado, muy próximo a Aranda de Duero, en el corazón de la Ribera del Duero. Empezaron a elaborar vinos en un lagar rehabilitado y con una sala de crianza en una bodega escavada en el siglo XVIII. Poco a poco, fueron ampliando la producción, y escavando nuevos túneles,.. pero conservando la tradición vitivinícola de la zona.
Cata del tinto Crianza 2012 de Bodegas Valduero
Variedad de uva: 100% de variedad tinta fina del país o tempranillo.
Denominación de Origen: DO. Ribera del Duero.
Elaboración: Partiendo de un suelo extremadamente pobre y un clima muy duro como es el de Castilla y León, se cultivan en vaso parras de más de 30 años. Tras la vendimia manual y maceración controlada, se realiza una crianza durante 15 meses en barricas de roble y un redondeo en botella de al menos 12 meses.
Características
Visualmente presenta un precioso color granate intenso de capa alta. El ribete, aunque inicia a tomar colores más anaranjados, no denota un gran paso de los años.
Aromáticamente sorprende que, tras 15 meses en barrica, los frutos rojos sigan tan presentes. Al abrirse este vino es muy sencillo de analizar, porque aparecen toques más balsámicos aportados por la barrica, como el coco o el clavo.
Al tomarlo es cuando encontramos el vino que realmente tenemos entre manos, con un equilibrio muy bueno entre la acidez y la astringencia. El tanino muy domado permite un retrogusto largo, sin muchos altibajos. Una gozada, ya que la madera no ahoga la fruta presente en el vino.
Nuestras impresiones
Estamos frente a un vino de lo más interesante y divertido. Aunque puede no ser el mejor del mundo, está en lo más alto. Muy bien montado, tiene cuerpo, ideal para un maridaje como el de los chuletones de la Parrilla de San Lorenzo; pero aunque ha pasado 15 meses por una barrica, no se ha visto ahogado por la madera como ocurre en otros. Tiene mucha fruta, que nos demuestra juventud. y también tenemos el tanino muy domado, pero con presencia suficiente como para seguir dando un postgusto largo y agradable, que es lo que buscamos en un vino de crianza.
Nos sorprendió especialmente la frescura que aún conserva, lo que habla de una buena integración en la botella. La acidez, aunque baja, sigue presente, ideal para armonías más allá del “sota, caballo y rey”, como es la ensalada templada de rape o la tulipa de boletus y foie.
Propuesta de maridaje
Poco nos queda por añadir. Ya os lo hemos dicho. Un vino muy versátil para cualquier coctel donde hay diversidad de platos, ya que es capaz de combinarse sin problemas con muchos alimentos.
Nosotros disfrutamos de una buena armonía tanto con dos magníficas piezas de carne, como con una ensalada templada y foie. Ahora bien, igualmente creemos que con combinaciones más simples sigue cuadrando sin problemas. Los típicos revueltos, embutidos, quesos,..
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