La Alberca es una de las joyas mejor conservadas de la Sierra de Salamanca junto a las poblaciones vecinas como Mogarraz y Miranda del Castañar. Una población que conserva como ninguna su arquitectura y tradiciones más vivas y que ha conseguido atraer las miradas de los viajeros más despiertos.
Visitando la Alberca
Se conservan muchas edificaciones antiguas en las que se observan vigas de madera decorando sus fachadas con hermosas balcones repletos de flores. Las casas actuales, aunque se están reconstruyendo con estructuras de acero y hormigón, mantienen en su exterior la esencia de las construcciones antiguas.
Pasamos una mañana callejeando por la Alberca y descubriendo los encantadores rincones de esta población serrana. Tras subir y bajar sus empinadas cuestas, acabamos con ganas de probar la cocina tradicional de la Alberca.
Comer en la Alberca
Decidimos comer en la plaza mayor, donde encontramos una de las fotografías más famosas de La Alberca. El lugar se llama Restaurante «El Balcón de la Plaza. Allí degustamos la «Ensalada Serrana» una ensalada agridulce que lleva fruta como la naranja y embutidos como el chorizo y el lomo, todo ello macerado durante todo un día. ¡Un sabor sorprendente! En este mismo restaurante y en los establecimientos cercanos podrás disfrutar de una abundante carta a base de productos de la matanza.
En la plaza mayor encontramos una simpática lugareña que se dedica a la venta de productos típicos como el turrón, los frutos secos, la miel y jalea real. La oficina de turismo de la Alberca (que se ubica en la plaza mayor) estaba cerrada, así que gracias a esta mujer descubrimos varias rutas de senderismo para caminar por la Sierra de Francia.
Senderismo por la Sierra de Francia, la ruta GR10
Hay varias rutas de senderismo que parten desde la Alberca, todas ellas muy bien señalizadas. No tienen pérdida. Una es la ruta circular conocida como la “Ruta de las Raíces” y la otra pertenece a la ruta GR10. Ambas rutas comparten los primeros kilómetros.
Nos guiaron hasta la salida del pueblo, donde se inician estos recorridos. La Ruta de las Raíces está señalizada con marcas blancas y amarillas. Recorre varios robledales y por el camino encuentras obras escultóricas modernas, que se integran en la naturaleza al recrear formas y elementos naturales o de su explotación agrícola y ganadera.
La senda GR10, como no podía ser de otro modo, está señalizada con las marcas rojas y blancas. Este camino conecta La Alberca con el vecino pueblo de Monforte de la Sierra, el que podríamos llamar “la otra Alberca”. Este camino atraviesa el monte hasta alcanzar un canal de riego.
Nosotros seguimos los primeros kilómetros de la Ruta de las Raíces, donde pudimos ver varias esculturas que componen esta senda circular. Este camino es algo menos de 7 kilómetros, de una dificultad media baja. Nosotros improvisamos la caminata, y aunque a última hora empezamos a echar en falta agua, no es dura. En aproximadamente 2 horas se puede hacer.
Tras hacer como un tercio de este camino, existe una bifurcación en la Ermita de San Blas. Si tomas el camino de la izquierda continúas por la senda de las raíces. Nosotros fuimos por la derecha, siguiendo el GR10. Tras pasar primero por caminos rurales, donde vimos algunas fincas y explotaciones agropecuarias, se llega una zona algo más salvaje pero perfectamente señalizada. Bajando por el monte se llega al canal de riego y el camino se vuelve mucho más sencillo.
Por este canal se llega a la carretera que baja a Monforte de la Sierra. Ya que habíamos llegado a este sitio, decidimos darnos una vuelta. Este pueblo es muy similar a La Alberca, aunque no es tan conocido ni tan visitado. Llegado el caso, podríamos decir que es más auténtico, lo que nos permite recomendarlo para los amantes de los lugares que siguen libres del turismo.
Para volver puedes tomar el mismo camino de ida o la carretera que une ambas poblaciones. Nosotros volvimos por el mismo camino hasta llegar a la ermita de San Blas. Una vez allí nos reincorporamos a la senda de las raíces hasta la Alberca.
De vuelta a la Alberca, qué ver
Museo etnográfico y tienda de antiguedades
A la vuelta nos dimos otro paseo por la villa, visitando el interior de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Una joya en piedra, crisol de estilos que le dan un aspecto único. También visitamos una tienda de antigüedades. Allí nos informaron de la existencia de la Casa Museo Satur Juanela en La Alberca, regentados por los dueños de esta singular tienda y que muestra cómo era una casa antiguamente y cómo se vivía en la Alberca cuando no había ni luz ni agua corriente, relatando sus más arraigadas tradiciones. Esperamos poder conocerlo en otra visita.
Gastronomía de la Sierra de Francia; el hornazo charro
Pero no podíamos irnos de La Alberca sin probar la gastronomía típica del lugar. Ya habíamos probado los vinos de la DOP. Sierra de Salamanca, pero nos faltaba degustar su singular hornazo charro.
El obrador «El Pan Negro
En el obrador “El Pan Negro”, en la calle Tablado 17, su amigable gerente Mariluz, nos recibió con una sonrisa. Tras comprar un trozo de hornazo, que estaba exquisito, nos dio a probar las pastas típicas de la zona como las rosquillas «teresina» elaboradas con la receta familiar, los turrones caseros o las floretas. No sólo tienen dulces de toda la vida, Mariluz también innova en su pastelería y las morcillas de chocolate de creación propia son muy ricas además de divertidas. ¡¡Parecen auténticas morcillas!!
La tienda es muy original, merece la pena una visita si vas por allí. Cualquier época del año es buena para descubrir la Alberca. ¿Has estado allí? ¡¡Cuéntanoslo!!
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Gracias a Gema por corregir una errata que no habíamos localizado.