Las navidades son un momento de reunión, y mejor si puedes disfrutar de una buena mesa llena de familia y amigos. En estas ocasiones, sobre todo en una sobremesa, un buen vino como esta Gran Bajoz de Toro nos da bastante buenos resultados.

Este vino lo elegimos porque desde hace tiempo en la zona de Toro ya no se elaboran aquellos vinos pesados y difíciles de beber. Actualmente se han refinado bastante, aunque sin perder su personalidad, por lo que podemos encontrar unos vinos con gran potencia de sabor, pero que no raspan.

 

La Denominación de Origen Toro

Situada en el corazón de Castilla y León, entre Zamora y Valladolid, aunque sobre todo en la provincia de Zamora, y bañada por el río Duero, donde se da una larga tradición vinícola, se encuentra esta Denominación de Origen. Se podría decir que está al lado de las DO. Rueda y DO. Vinos de Zamora; tampoco dista demasiado de la Ribera del Duero o los Arribes.

 
Los vinos de Toro tienen una larga historia, pudiendo rastrearlos hasta tiempo de los romanos. En la Edad Media, los vinos producidos en la zona tenían privilegios reales, por lo que podían venderse de forma exclusiva en ciertos pueblos y ciudades. No sabemos si leyenda o realidad, aunque parece ser que sí fue cierto, pero se dice que Cristóbal Colón llevó vino de Toro en sus expediciones a América. Desde 1987, casi nada, Toro posee estatus de Denominación de Origen.
 

Catando el Gran Bajoz de Pagos del Rey

Variedad: Se trata de un 100% de uva tinta Tempranillo.
Denominación de Origen: Procede de las Bodegas Pagos de Rey, en la D.O. Toro.
Elaboración: Partiendo de fincas de gran calidad en su terreno, que transfiere ese Terroir, se usa la variedad tempranillo o tinta del país seleccionadas. Maceran en frío durante 4 días, para realizar la fermentación alcohólica en 10 días, en depósito de acero inoxidable, y la maloláctica en barrica. Finalmente pasará 12 meses en una barrica de roble con sus lías y no menos de otros 3, en botella para redondearse.

 

Características

Visualmente es muy atractivo con un preciosa coloración rojo picota, aunque con una capa media baja. Presenta un lagrimal muy marcado.

En nariz tiene unos intensos aromas muy potentes a frutos rojos muy frescos, destacando la mora y la cereza. Finalmente deja unos toques a canela y vainilla.

Ya en el paladar, detectamos una acidez bastante más fuerte de la que esperaríamos en un vino de crianza, pero muy equilibrada. Esto lo hace muy refrescante. El tanino está muy domado con una astringencia no muy marcada. Finalmente no posee un retronasal muy marcado, que permite un trago largo que no cansa.

 

Nuestras impresiones

Facilito de tomar, es muy agradable. Aunque no es el tradicional Toro de siempre, perfectamente se puede tomar más de una copa porque no satura al paladar, porque la astringencia de la uva tempranillo está muy domada.

Sin ser el mejor vino que hemos probado, está más que bien, del que esperamos seguir disfrutando.
 

 

Propuesta de maridaje

Es un vino muy especial que se aleja de los clásicos vinos de Toro. Bastante más fácil de lo esperado, puesto que aunque tiene bastante crianza, no está apagado, con una frescura fuera de lo normal.

 
Esto hace que no sea tan pesado, pudiendo ser un vino fácil de disfrutar, ya que no agota. Aunque vale como un clásico vino tinto, apto para carnes a la brasa o guisada. Pero también con embutidos y quesos semicurados. Pero también tiene frescura suficiente para carnes blancas y algún pescado. En nuestro caso lo tomamos con un guiso de solomillo al vino tinto. Muy atractivo.
 

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