Recientemente tuvimos la suerte de disfrutar de un fin de semana en la zona de las Arribes de Duero. Aunque ya conocíamos algo la zona, no deja de ser una zona por descubrir. Durante nuestra visita, nos quedamos en Ahigal de los Aceiteros, desde donde conocimos el área e hicimos una escapada de oleturismo en las Arribes, conociendo el origen de los aceites de oliva de Las Arribes del Duero.
Oleturismo en las Arribes en Ahigal de los Aceiteros
Solo sabemos de un pueblo en España en cuyo nombre exista una referencia al aceite; se trata de este pueblecito salmantino de las Arribes del Duero, que además está integrado en el Parque Natural de Los Arribes del Duero.
En este pueblo salmantino se están recuperando los antiguos olivares centenarios para conseguir una producción de aceites de oliva virgen extra de gran calidad. Para la elaboración de este aceite, desde el 2010 hay una almazara que funciona a modo de cooperativa, y que además ha conseguido la certificación de almazara ecológica.
Alojamiento en la Posada de los Aceiteros
Como nosotros pudimos comprobar, la zona es tremendamente bonita e interesante, tanto, que merece la pena hacer noche y disfrutar de esta parte de los Arribes al menos un fin de semana completo. La zona aunque salpicada de pequeños pueblos, que tendrán sus alojamientos, creemos que lo ideal es quedarte en el propio Ahigal de los Aceiteros, en la Posada de los Aceiteros, una antigua posada que con el esfuerzo de su propietarios, Manuel, ha recuperado todo el encanto de un edificio antiguo, pero con todas las comodidades que puedes pedirle a un hotel moderno.
Un plan para una escapada y aprender sobre el aceite de oliva
Toda la zona, sobre todo las más próximas a los ríos que desembocan en el Duero, está salpicada de olivares y encinar. Llegando prontito un sábado, puedes como nosotros, tomar un café que te entone en el bar de la Posada de los Aceiteros. Desde ahí, salir a conocer, de la mano de Manuel los olivares.
Si como nosotros viajas entre noviembre y diciembre, además puedes ver de primera mano cómo se realiza la recolección de la oliva. Desde los métodos tradicionales del vareo, a un sistema moderno de vareados y por último a un sistema motorizado. Es más, si quieres vivir la experiencia en primera persona, te dejan la vara y te desesteras un poco.
Tras ver los diferentes procesos, puedes hacer una pequeña ruta de senderismo entre encinares y olivares. Bien puedes ir por los caminos agrícolas, que están bastante bien adaptados o bien algo más tradicional de senderismo, buscando los miradores sobre el río Águeda.
En la zona existen varios senderos, agrupados bajo la denominación de “Senderos de Frontera”. De ellos dos atraviesan Ahigal. El Sendero del Aceite, que es circular que permite ir y volver desde Ahigal a San Felices de los Gallegos, de unos 12 kilómetros entre ida y vuelta o bien, el Sendero de los Frutos, de unos 9 kilómetros entre la ida y la vuelta. Estos senderos están bien señalizados y no poseen gran dificultad, por lo que son perfectos para hacer con los más peques, de cara a introducirlos en el senderismo.
Tras esto, lo ideal es tomar un tentempié. Si no tienes un almuerzo preparado, puedes pedir a Manuel, de la Posada, que te prepare algo. En la época que fuimos, pudimos tomar pan con membrillo y quesos de la zona.
Comer en la Posada de los Aceiteros
El tentempié ayuda a llegar a la hora de la comida. Para comer, os vamos a sugerir comer en la Posada de los Aceiteros, ya que disponen de un menú del día, incluso el fin de semana con varios primeros, varios segundos y varios postres; a cuál más sabroso y bien presentados. Como este viaje lo hicimos con el grupo de Bloggers viajeros Castilla y León TB, pudimos fotografías varias propuestas.
Para acompañar esta comida, os vamos a sugerir que toméis algún vino de la zona, que, aunque no sea muy conocida está amparada dentro de una denominación de origen; La DO. Arribes. En concreto nosotros disfrutamos de un vino crianza de la variedad Juan Garcia, que no es una persona, si no, un tipo de uva, de Bodegas Tierra Vettona. Esta bodega ya la conocíamos de una visita previa a los arribes, donde comimos en Vitigudino, muy cerca de donde nos encontrábamos en esta ocasión.
Tras descansar un ratito de descanso, haciendo un poco de sobremesa, fuimos a conocer este pequeño pueblo, que en algunas construcciones parecen ancladas a la edad media. Aunque nosotros en concreto tuvimos que ausentarnos, nuestros compañeros si vieron el pueblo.
Puedes conocer más nuestra experiencia alojándonos en la Posada de los Aceitero de Ahigal, en esta entrada específica.
Visita a la almazara Arribera
Tras esto, quedamos con Loli, la gerente de la Almazara Arribera. Al igual que la uva, la oliva se recoge y se debe llevar cuanto antes a moler, ya que, si no se degradaría, impidiendo disfrutar del mejor aceite de oliva. Nos unimos a la visita a la almazara, donde estaba la producción en pleno rendimiento con las olivas recogidas por el día.
El proceso de extracción del aceite de oliva virgen extra es muy simple. La aceituna cae en una tolva, donde pasa el equivalente a una despalilladora de uva, se limpia de impurezas, se muele y se pasa por una prensa en frío, que extrae el aceite de oliva virgen extra de primerísima calidad. Tras pasar por unos filtros, se lleva rápidamente a depósitos de acero inoxidable, en una sala sin luz.
De esta forma queda estabilizado, aunque se recomienda que su consumo sea antes de 2 años, que es cuando empieza la pérdida de las mejores condiciones organoléptica.
Visita a la almazara tradicional
Para los huéspedes de la Posada, está incluido en el precio de la estancia la visita a una antigua almazara del siglo XVIII, rehabilitada hace 12 años. El propietario de la misma es el encargado de la misma, pues la conoció en pleno funcionamiento en su época de niño.
Actualmente la almazara podría funcionar, aunque no sería competitiva. Por ese motivo, ha quedado como un museo del aceite de oliva de los Arribes a la par que un museo etnográfico.
Lamentablemente, esta almazara solo se presta a visitas para los huéspedes de la Posada, para aquellos que viajen por libre, pueden visitar otra almazara tradicional, también rehabilitada, en el cercano pueblo de San Felices de los Gallegos.
Visita a la bodega Quinta las Velas
Pues cuando crees que ya no puedes ver más cosas en un pueblo como Ahigal de los Aceiteros, van y te sorprenden con una bodega de elaboración de vinos artesanales llamada Quinta las Velas. Esta pequeña bodega apuesta por series de elaboración pequeñas pero buscando la calidad.
Realizan dos vinos distintos, con dos variedades de uva muy diferentes; La típica tempranillo, pero que adaptada a terroir de las Arribes adquiere su propia personalidad. Y luego una variedad autóctona de los Arribes, ya que solo se da junto a la parte baja del río llamada bruñal.
Solo hay otras dos bodegas que trabajen esta variedad de uva, y desde hace unos pocos años, también en la DO. Rueda Javier Sanz Viticultor se llevó unos esquejes para elaborar un vino de autor con esta variedad, tal y como nos mostraron nuestros amigos de A Tavola con il Conte.
Durante la visita pudimos conocer el proceso de vinificación, adaptado a una minibodega. El proceso es similar, pero a pequeña escala. Tras esto, lo mejor es catar y disfrutar de esos vinos. Catamos por ejemplo el bruñal, directamente desde barrica, del bruñal reserva, excelente, solo lo pudimos catarlo, porque se acabado toda la producción, aunque no adquirirlo.
Cena en la Posada de los Aceiteros
Tras disfrutar de una forma diferente a lo que esperábamos, regresamos a la posada. Allí nos aseamos y descansamos un rato; justo mientras terminaban de preparar la cena. El menú del día era el mismo que el de la mañana, pero con la ampliación de algunos platos más. Así, pudimos disfrutar de algunos platos que a medio día nos quedamos con las ganas.
Segundo día de oleturismo por las Arribes del Duero
Nos levantamos tranquilamente y disfrutamos de un magnífico desayuno con productos artesanos de primera calidad. Destacó el aceite que el día anterior vimos cómo se elaboraba. Simplemente con unas tostadas de pan, estaba delicioso.
San Felices de los Gallegos
Aprovechando que estábamos en la zona, ya nos dedicamos a conocer otros pueblos. Así nos desplazamos los pocos kilómetros que dista Ahigal de los Aceiteros de San Felices de los Gallegos. Aunque no se ha declarado aún como uno de los pueblos más bonitos de España, si está en una red de pueblos con encanto de Salamanca.
Sobre todo el caso antiguo, con sus diversas murallas, aun relativamente bien conservadas, destaca especialmente la Colegiata y el Castillo. Este Castillo es una típica fortaleza defensiva de frontera, en principio medieval, pero con modificaciones renacentistas y una ampliación de baluartes modernos. En su interior actualmente alberga el museo de las fortalezas defensivas.
Además, en San felices de los Gallegos, puedes igualmente visitar otra almazara tradicional que también han restaurado. Si no has podido visitar la almazara de Ahigal de los Aceiteros, esta es una buena alternativa nos han dicho.
A nivel gastronómico, nos han hablado muy bien de una casa rural con restaurante. La Mesa del Conde. Se encuentra al pie de la Carretera SA324, por lo que no tiene pérdida.
Sobradillo
Otro pueblo de los Arribes que pudimos visitar, es Sobradillo. Como buen pueblo de frontera, dispone de otro antiguo castillo defensivo.
Por lo que nos han dicho, su quesería es famosa por las buenas elaboraciones. Además, es posible realizar tu propio queso, proporcionándote el queso, el cuajo y los elementos necesarios para después de hacer el queso, te lo puedas llevar.
Lumbrales
Otro precioso pueblo a mitad de camino entre San Felices de los Gallegos y Sobradillo es Lumbrales. No nos dio mucho tiempo a recorrerlo, aunque lo elegimos para comer, ya que nos dieron buenas referencias sobre el restaurante “El rincón charro”.
Este restaurante, en el centro del pueblo, está muy bien, nos gustó. Sobre todo, porque dispone un menú degustación cuatro platos para hacer de primero. La verdad es que nos habían tratado tan bien en el desayuno, que nosotros no tomamos más que esto y el postre.
Ciudad Rodrigo
Y ya de regreso de nuestro fin de semana de oleturismo en Las Arribes de Salamanca finalizamos dando un cortito paseo por Ciudad Rodrigo. Esta localidad está categorizada como uno de los pueblos más bonitos de España. Aunque ya lo conocíamos de anteriores viajes, siempre es agradable regresar a sitios bonitos.
Como los días ya eran cortos, en seguida cae la temperatura con la caída de sol, y aunque se pueden hacer fotos preciosas, aprovechando la “hora azul”, nosotros tras pasear por las murallas, nos tomamos un café calentito y un té en el Parador Nacional de Ciudad Rodrigo, antigua fortaleza de Enrique IV.
De nuestra última visita, notamos que han mejorado las instalaciones, abriendo la torre a la visita turística.
Bueno, como ya sabíamos, aunque hemos vuelto a comprobar, Las Arribes es una zona magnífica donde escaparse un fin de semana y disfrutar de una naturaleza, magníficos aceites de oliva, vinos, gastronomía y tradiciones… ¿Conocías la zona? ¿Qué otros pueblos de la zona nos recomiendas para nuestro próximo viaje?
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