Comienza la XXXIV edición del Open Castilla y León de tenis, (del 29 de julio al 4 de agosto), con una primera ronda que nos dejará duelos tan interesantes como el que enfrenta al español Íñigo Cervantes y al ruso Konstantin Kravchuk, el de Ricardo Ojeda frente a Andrea Basso y el de Andrés Artuñedo contra Alessandro Bega.
Para este año, el cuadro del torneo masculino ha evolucionado hasta alcanzar un total de 48 participantes, por los 36 de la edición anterior, procedentes de 13 países diferentes. Tras una semana de tenis en El Espinar, la final se podrá disfrutar este domingo en abierto desde Teledeporte, a las 18:00 h. El desenlace del evento femenino tendrá lugar el mismo domingo, pero a las 12:00 h. Conoceremos así a los sucesores del francés Ugo Humbert y la rusa Ludmila Samsonova, últimos ganadores de la competición. En esta edición, el torneo masculino cuenta con una dotación de 85.000 € y el femenino suma 23.000 € en su bolsa de premios.
El Open de Tenis de Castilla y León – Villa El Espinar concentra, en total, a más de 100 tenistas profesionales para consolidarse como uno de los torneos más importantes del país –algunos lo sitúan inmediatamente por detrás del Mutua Madrid Open y del Conde de Godó de Barcelona-, con la dificultad añadida de organizar un evento de esta entidad en una localidad que apenas supera los 9.000 habitantes, como es la villa de El Espinar, en la provincia de Segovia.
Hace algo más de una semana se presentaba oficialmente en Valladolid el torneo que dirige Virginia Ruano, una de las raquetas de la época de oro del tenis español, con la presencia de Javier Ortega, responsable de la consejería de Cultura y Turismo, para el que suponía el primer acto público desde que ostenta el cargo, quien se declaró “un consumidor de tenis insaciable” y “un seguidor de Virginia Ruano desde hace muchos años”. Ortega se presentaba en sociedad con su nuevo puesto en el que hasta ahora había sido su lugar de trabajo, el Centro Cultural Miguel Delibes, donde desempeñaba su oficio en la Fundación del mismo nombre.
Para la región, la repercusión mediática del Open y los profesionales y el público que atraen sirven para rentabilizar el tirón del tenis; basta con echar un vistazo a una casa de apuestas deportivas para comprobar cómo esta disciplina ocupa un lugar preferente de su oferta, lo que la confirma como uno de los deportes más populares entre los aficionados. En palabras de Ortega: “este evento se ha convertido en una de las señas de identidad deportivas de Castilla y León”, y es que un reclamo como este supone una oportunidad excepcional cuando se trata de trabajar para incentivar el turismo, primer –y más inmediato- paso para reactivar la zona y luchar contra la despoblación. “El deporte también debe de estar presente en el medio rural”, comentó, y es cierto que son las grandes ciudades las que, por comodidad de acceso, instalaciones y capacidad hostelera, suelen acoger las grandes citas deportivas.
No se puede reprochar una falta de apoyo en este aspecto a la Junta: los fondos destinados al evento se han visto aumentados por 7.º año consecutivo y su aportación supone el 55 % del total del presupuesto que maneja el Open. Supone una responsabilidad muy grande tener que organizar un torneo en cuyo palmarés nos podemos encontrarnos con dos históricos del tenis contemporáneo de la talla de Rafa Nadal (ganador en 2003) o Roger Federer (ganador en dobles en 1999), además de otras figuras de primer nivel como Del Potro (2006), Verdasco (2007), Feliciano López (2009), Pablo Carreño (2013), Adrian Mannarino (2014) o Jaume Munar (2016). Una lista en la que tampoco cabe olvidarse de clásicos como Bruguera, Stepanek, Emilio Sánchez Vicario…