Felicidades amigos Castellano y Leones! en breve es el 23 de abril, en el que se celebra en Villalar el día de la Comunidad Autónoma de Castilla y León.
Por qué celebramos en villalar, el día de la Comunidad Autónoma de Castilla y León
Aunque parezca mentira, es curioso, celebramos una derrota. No obstante nos resistimos a no hablar ligeramente de la historia que da pié a esta fiesta.
La llegada de Carlos V
Corría el año de 1518, Carlos I de España y futuro Carlos V de Alemania llegaba desde Flandes, en los Países Bajos para ser de España a la muerte de su padre, Felipe I ‘El hermoso’. Junto a él llegaba su corte flamenca. Esta gente traía una actitud altiva, que incluso hoy perdura la expresión: “venir flamenco”.
Las cortes castellano y leonesas en Valladolid juraban a Carlos I como Rey de Castilla y León, y al poco en Zaragoza, lo mismo hacían las cortes de Aragón. No obstante en estas cortes, se pedía que Carlos I debiera ser un rey español, dejando de lado la corte que había traído consigo.
Carlos I, que en aquel momento no hablaba castellano, ya lengua vehicular de España, aceptó estas condiciones, aunque realmente no las acató. En Castilla, aunque la sombra de la guerra civil entre Juana ‘la Beltraneja’ e Isabel ‘la Católica’ ya había pasado, las rencillas entre las grandes familias nobiliarias seguía existiendo, pues estas venían de mucho más antiguo.
Verdadero Pendón de los Comuneros de Castilla
En 1520, varias ciudades de la vieja Castilla se encontraban agitadas por las demandas de ‘sueldos’ para sufragar la elección de Carlos como Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, a lo que añadimos que seguía colocando a nobles flamencos y borgoñones en puestos de responsabilidad de la administración de los reinos españoles.
La tensión alcanzó su punto máximo en Salamanca, donde frailes Agustinos, Franciscanos, Dominicos redactaban lo siguiente:
convenía el rechazo al Imperio en favor de Castilla y en el caso de que el rey no tuviera en cuenta a sus súbditos,
las Comunidades deberían defender los intereses del reino.”
El Rey Carlos I, sin hacer caso, partió hacia Alemania, dejando como regente al que recientemente había nombrado Arzobispo de Toledo y primado de España, Adriano de Utrech, futuro Adriano VI.
Reacción de la nobleza castellana
En Toledo, Juan Padilla, emparentado con los Mendoza y capitán de la guardia se revela ante las órdenes del regente y del corregidor, animando a otras ciudades a seguir su ejemplo. En Segovia, al poco hará lo mismo Juan Bravo, también emparentado con la familia de los Mendoza. En Salamanca, Francisco Maldonado, emparentado con la Familia Pimentel.
Liderando esta revuelta también encontramos otros nobles menos famosos que trabajaron a la sombra de los 3 capitanes. Claro ejemplo, Juan de Zapata, regidor de Madrid. Antonio de Acuña Obispo Acuña y otros tantos.
Otras familias nobles castellanas ven en este alzamiento la posibilidad de cobrar afrentas con los sublevados o bien, proteger sus intereses familiares, poniéndose del lado del Rey. Ese sería el caso de Íñigo Fernández de Velasco, condestable de Castilla y Fadrique Enríquez de Velasco, Almirante de Castilla.
Localización del movimiento comunero sobre el territorio de la Corona de Castilla.
En morado, las ciudades pertenecientes al bando comunero;
En verde, aparecen las que se mantuvieron leales al rey.
Las ciudades que estuvieron presentes en ambos bandos aparecen en ambos colores.
Aunque la guerra no tuvo un claro vencedor por casi un año, las derrotas en el centro de la meseta aislaron a los Comuneros en la provincia de Valladolid, donde un 23 de abril de 1522 decidieron planta la última batalla a las tropas realistas en Villalar.
Los Comuneros perdieron y fueron ejecutados, cumpliéndose aquel dicho lamentable:
Desde entonces recordamos la derrota de aquellos que pidieran estos cinco compromisos al Rey:
1.- Anular el servicio votado en La Coruña.
2.- Volver al sistema de los encabezamientos para cobrar los impuestos.
3.- Reservar los cargos públicos y los beneficios eclesiásticos a los castellanos.
4.- Prohibir la salida de dinero del reino.
5.- Designar a un castellano para dirigir el reino en ausencia del rey.
Y esta es la verdadera historia de la fiesta de Villalar de los Comuneros, que nada tenían que ver con el republicanismo, el comunismo ni las comunidades autónomas.
¿Conocías la historia así?
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Muy interesante y esclarecedor.