Como ya os hemos contado en nuestra entrada sobre la ciudad de Frías, en las Merindades de Burgos, e integrada en la Mancomunidad Raíces de Castilla, es famosa por sus celebraciones de las Fiestas de San Juan, donde además se conmemora la Fiesta del Capitán; una tradición centenaria que cada año resulta más atractiva.
Este 2018, la fiesta de San Juan será del 22 al 25 de junio, aprovechando el fin de semana. Esta localidad de burgalesa celebrará estas fiestas con verbenas, espectáculos de magia, concursos, comidas de hermandad o talleres infantiles; sin olvidar el protagonista central, la Fiesta del Capitán.
Llegar a Frías
Frías se encuentra en las Merindades de Burgos. Es considerada la ciudad más pequeña de España. Se llega por la carretera BU-504, que pasa por un precioso desfiladero.
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La Fiesta del Capitán de Frías
El origen de esta festividad del Capitán se remonta a 1450. Hacía quince años que Frías disfrutaba del título de Ciudad, concedido por Juan II; que más adelante cambió con Pedro Fernández de Velasco, Condestable de Castilla, esta ciudad, por la villa de Peñafiel, tomando posesión de la población por un portillo del castillo.
Este paso aún existe, y es conocido como la “puerta falsa”.
Aunque durante los primeros años las relaciones entre señor y ciudad fueron buenas, pero una serie de decisiones tomadas por Don Fernando, Conde de Haro, colmaron la paciencia de los vecinos, que veían como les eran retirados ciertos derechos otorgados y la subida de impuestos. Esto puso a la ciudad en rebeldía, por lo que en julio de 1450, la Ciudad de Frías fue sitiada para hacerla capitular.
En aquel momento, los vecinos nombraron a un joven intrépido como jefe de la defensa de la ciudad. Y aunque finalmente tuvieron que aceptar las condiciones impuestas, desde 1481, cada 24 de junio, o el domingo más próximo, se recuerda este hecho, celebrándose la Fiesta del Capitán.
Las tradiciones de la Fiesta del Capitán actual
Como toda fiesta centenaria, las tradiciones van mutando, adaptándose a los tiempos. En la fiesta actual, el Capitán viste un uniforme más próximo a las guerras napoleónicas que al siglo XV.
Se hace acompañar por cuatro danzantes, con unos trajes muy peculiares, blancos y con adornos rojos en bandas, pañuelos y cintas. Además de vestir alpargatas. Acompañan su baile con castañuelas, al ritmo de dulzainas y el redoblante.
Esta fiesta está declarada de Interés Turístico Regional.
Programación de la Fiesta del Capitán
La fiesta comienza el sábado 23 con la reunión de los danzadores en la Calle del Mercado, con un solemne baile, para luego ir al Ayuntamiento bailando la tradicional danza de San Juan. Una vez allí, se recoge la bandera y la comitiva se dirige al Castillo donde se realiza el nombramiento del Capitán, tras el revoloteo de la bandera. Después se da la Primera Vuelta por las calles.
El domingo es el día grande, se empieza muy temprano con los danzantes y gaiteros recorriendo casa por casa en las tradicionales dianas, para luego, en la Iglesia de San Vicente Mártir celebrar la Misa del Capitán y a su término, dar la Segunda Vuelta.
Posteriormente, El Capitán, con la bandera y su séquito, se desfila hacia el Puente sobre el río Ebro. Por el camino se recogen habas y cerezas. Cuando se llega, se “baila la bandera”.
Tras esto, se regresa a frías, haciendo otra parada en la Era de San Juan, en el lugar donde estuvo una iglesia del mismo nombre
Por la tarde, se bailan en Frías, las jotas de San Juan, unas jotas tradicionales. Tras esto, el Capitán, busca a una moza, para ser elegida, la capitana. Tras esto, hay muchos más bailes.
La fiesta termina con la Tercera Vuelta a la ciudad. Al llegar a la Calle del Convenio, el Capitán clava la bandera en el centro de una piedra y reparte rape entre todos los asistentes en recuerdo del reparto de víveres que se realizó en el famoso asedio.
Otros atractivos de Frías
La fiesta del Capitán puede ser la excusa perfecta para visitar esta ciudad, como ya hemos dicho, la más pequeña de España y una de las más antiguas. La ciudad en sí es ya una maravilla, reconocida dentro de la asociación de Pueblos más bonitos de España; y es que lo merece.
Pasear por sus calles y plazas y admirar sus numerosos monumentos, significa embarcarse en un viaje por la historia, que nos transporta a una Edad Media de damas, caballeros, campesinos, artesanos o monjes, como los verdaderos protagonistas.
Así, destacan:
Castillo de Frías
Uno de los castillos más espectaculares de España; fundamental durante los primeros años de la reconquista al estar sobre una roca y dominar el paso del Ebro en el Valle de Tobalina.
Aunque no queda mucho de su pasado esplendoroso, aún resulta impresionante. Con su torre del homenaje sobre un patio de armas que debió ser más pequeño, ya que debía tener zonas más residenciales, por las ventanas geminadas abiertas en el muro y los huecos de construcciones auxiliares.
Las Casas Colgadas
Aunque las más famosas “casas colgadas» sean las de Cuenca, que en realidad son las Casas Colgantes, en Frías también se dan estas construcciones aprovechando el risco para construir niveles por debajo del nivel de la calle, adaptándose a la roca.
El puente medieval románico y calzada romana
Este puente fue de vital importancia, pues servía para atravesar el Ebro a su paso por este valle. Posiblemente fuera de origen romano, junto a la calzada romana, pero la actual fábrica es del tiempo de Alfonso VIII.
El puente posee una bella torre, perfecta para el cobro de portazgo; una especie de peaje a las mercancías que transitaban entre la Bureba y la Rioja.
Iglesia de San Vicente Martir
Esta iglesia se sitúa en el extremo opuesto al Castillo, junto al precipicio. Esto le permite posee unas vistas magníficas. En origen fue una iglesia románica, con un pórtico, pero parte fue demolida, parte se cayó. En su interior, actualmente destacan retablos barrocos, neoclásicos y platerescos.
Otros atractivos
Aunque no está completa totalmente, esta ciudad conserva su muralla medieval, sobre todo reforzada por la propia montaña que acoge a la ciudad. De esta, aún hay varias puertas. En su entorno, igualmente siguen estando los lavaderos y algunas ermitas e iglesias, como la de San Martín de Tours, y los conventos de San Francisco y el de Vadillo.
Y no nos olvidemos de la pedanía de Tobera, con su preciosa Ermita de Nuestra Señora de la Hoz, que sirvió de hospedería a los peregrinos que se dirigían a Santiago por el Camino Olvidado; camino original, antes de su desplazamiento hacia el actual, de mano de Sancho el Mayor.
Nota: Imagen de portada cortesía de Cardinalia Comunicación