En uno de los páramos más altos de la Ribera del Duero, a escasos 26 kms de Peñafiel (Valladolid), se ubica Valtravieso, una singular bodega creada en el año 2002 con el objetivo de crear vinos diferentes a lo que hasta entonces se estaba elaborando en la Ribera del Duero.
Su producción, unas 600.000 botellas, es relativamente modesta si se compara con las grandes bodegas de la zona. Esta producción basada en la calidad más que en la cantidad, permite a Ricardo, su joven enológo valenciano, tomarse su tiempo para probar el vino cada día mientras fermenta y darle en cada añada los tiempos necesarios.
La Finca «La Revilla»
Bodega Valtravieso cuenta con unas 60 hectáreas de viñedo cultivado, distribuido en dos fincas llamadas «La Revilla» y «El Buey«, que anteriormente habían servido para la cría de ganado. En estos viñedos se cultivan tres variedades de uva: Merlot (5 hectáreas), Cabernet Sauvignon (9 hectáreas) y Tempranillo (unas 46 hectáreas).
El páramo en el que se asienta la finca «La Revilla» es duro y pedregoso. Su color oscuro nos habla de tierra arcillosa mezclada con sustrato calcáreo. El clima allí es áspero y ventoso debido a la altitud, aunque ese viento evita algunas enfermedades de la cepa, como los hongos. El páramo también sufre de heladas en otoño, nada buenas para los viñedos en esa época del año.
Por este motivo, la bodega decidió cultivar en esta finca la variedad de uva merlot que se adapta mejor a la altitud del terreno
El PH del páramo es más bajo y la tierra cuenta con una menor acidez. Este año han cultivado guisantes, avena y colza en algunas de sus parcelas creando cubiertas vegetales que aporten mayor mineralización a la tierra.
Gracias a la experiencia #FeelVT, pudimos degustar los vinos Valtravieso en el propio viñedo, en una soleada jornada junto a otros blogueros y periodistas del vino. El vino Valtravieso Crianza 2012 se abrió ante nosotros orgulloso de su terruño, con intensos aromas afrutados, muy equilibrado y de fácil trago, sin excesiva astringencia ni demasiadas pistas sobre su paso por barrica. También es cierto que los embutidos, las brochetitas de champiñones y el tomate aliñado también ayudaron a ello.
La bodega está introduciendo cambios en el viñedo y en su forma de vendimiar la uva. Por un lado, están incrementando el número de cepas por hectárea a la vez que reducen el número de ramas y racimos extraídos por cada cepa.
La Bodega Valtravieso
La bodega de nueva construcción, está inspirada en el interior de una barrica, con techos de madera elevados y curvados. Una gran plataforma permite caminar por encima de las barricas. Desafortunadamente, la bodega no está enfocada al enoturismo ni cuenta con un horario de visitas. Solamente abren sus puertas a grupos concertados previamente, a los que sí ofrecen, como fue en nuestro caso, la visita al viñedo, a la bodega, a su sala de catas y comida típica de la Ribera del Duero en su salón comedor.
Lo que más nos llamó la atención fue la forma de tratar y cuidar el vino. Ricardo, su enólogo, nos contó cómo prueba cada día el vino para saber cuánto tiempo debe dejarlo fermentar o cuánto tiempo debe estar en una barrica antes de hacer el trasiego. Cómo él mismo nos explicó «El vino, como lo bueno en las personas, sale sólo, pero hay que darle su tiempo».
Esta forma tan personal de elaborar vino dista mucho de las grandes bodegas en las que la producción se vuelve menos humana y más industrializada.
Los Vinos Valtraviso
La filosofía de esta bodega es diferente al resto de bodegas de la zona. Desde sus inicios apostaron por vinos que mantuvieran un fino equilibrio entre la estructura de los vinos de la Ribera del Duero y la elegancia de los vinos de la Rioja, más fáciles de beber.
Así pues encontramos hoy en el mercado cinco vinos elaborados por la bodega: Valtravieso vino tinto (el más joven); Valtravieso Roble; Valtravieso Crianza; Valtravieso Reserva; y Valtravieso Verdejo (con uva procedente de Rueda).
Además cuentan con tres vinos que ellos denominan vinos de «parcela» que podrían considerarse como vinos más de autor, o de gama más top: VT 2010 Tinta Fina; VT 2010 Vendimia Seleccionada; y Gran Valtravieso Reserva.
En general, los vinos Valtravieso son untuosos y estructurados, como los vinos de la Ribera del Duero pero sin llegar a ser pesados, de fácil trago. En ellos encontramos sabores especiados, minerales y afrutados. Son vinos complejos y potentes, pero limpios, directos y equilibrados.
Nosotros los disfrutamos armonizados con un menú muy castellanoleonés: sopas de ajo y lechazo asado típico de la zona, aunque en cuestión de maridajes, cualquier tipo de carne le puede ir perfectamente bien.
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