A tiro de piedra de Madrid (apenas a una hora en coche) hay dos ciudades que cualquiera debería visitar. Segovia y Ávila son dos ciudades históricas, con sus famosísimos monumentos (¿quién no conoce la muralla de Ávila? ¿Quién no conoce el acueducto romano de Segovia?) y con sus no menos famosos atractivos gastronómicos, que hacen de estos lugares una referencia ineludible. Evidentemente, puedes dedicarles un día completo a cada una, o incluso varios días, porque los merecen. Pero también tienes la posibilidad de realizar una excursión a Segovia y Ávila en el mismo día, y aprovechar también para pasar por El Escorial. La escasa distancia que las separa permite realizar una excursión que te permitirá contemplar dos de las ciudades más bellas de España.
Una de las estampas más reconocibles de Castilla, y probablemente de toda España, es la de la muralla de Ávila. Levantada en el siglo XI a instancias del Rey Alfonso VI de León, con sus noventa torreones y 2.500 almenas para defender la ciudad vieja en plena Reconquista, lleva diez siglos en pie, y ahí sigue, en un fabuloso estado de conservación. Probablemente se levantara a partir de una muralla de época romana, en cualquier caso muy inferior en longitud. Hoy es un monumento declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. Son 2.500 metros de muralla románica, que pueden divisarse en todo su esplendor desde el mirador de Los Cuatro Postes.
La muralla tiene nueve puertas, incluida la Puerta del Alcázar o del Mercado Grande, donde tuvo lugar el destronamiento figurado del rey Enrique IV de Castilla, un episodio histórico conocido como la Farsa de Ávila. Se integra en algunos tramos con los palacios e iglesias que estaba destinada a defender, y alberga en su interior la ciudad vieja, y monumentos como la Basílica de San Vicente, la Catedral, la Plaza Mayor y la Iglesia y el Convento de Santa Teresa, patrona de Ávila.
Si la muralla de Ávila es un monumento reconocible en toda España, ¿qué decir del Acueducto romano de Segovia? Igual que la muralla, se trata de un monumento declarado Patrimonio de la Humanidad que se conserva excepcionalmente bien para su edad: 18 siglos contemplan a esta construcción ideada por los romanos para canalizar el agua desde el manantial de Fuenfría hacia la ciudad. Nada menos que dieciséis kilómetros, una fabulosa obra de ingeniería que aún hoy sigue maravillando a quien la contempla.
Con seguridad, su tramo más famoso es la arquería que atraviesa la Plaza del Azoguejo, en el centro de la ciudad, con 75 arcos sencillos y 44 arcadas dobles, con sillares de granito asentados sin argamasa entre ellos. Probablemente el hecho de haberse mantenido en funcionamiento ha contribuido que haya llegado a nuestros días en un buen estado de conservación. Sin embargo, el tráfico rodado y la realización de actividades a su alrededor empeoró su estado en las últimas décadas. En los últimos años se ha realizado un minucioso proceso de restauración.
Aunque el acueducto sea el más famoso de sus monumentos, Segovia también cuenta con una imponente catedral, de visita obligada, y con una gastronomía famosa por el cochinillo asado, capaz de competir con la fabulosa carne de ternera que se sirve en Ávila.
En definitiva, Ávila y Segovia albergan dos de los grandes monumentos de España, y sólo por ello, bien merecen la visita.
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